Correa ofrece "todos los recursos necesarios" a los afectados del Tungurahua

Penipe (Ecuador).-  El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ofreció hoy el apoyo de su Gobierno para atender a los afectados por la erupción del volcán Tungurahua.

Correa prometió entregar "todos los recursos que sean necesarios" para ejecutar los programas humanitarios con el fin de asistir a los damnificados del volcán, indicó a Efe Juan Salazar, alcalde de la ciudad de Penipe, que hoy visitó el jefe del Estado.

El mandatario apoyará la construcción de "todas las casas que sean necesarias" para que las familias que han perdido sus viviendas por culpa del Tungurahua puedan obtener otra "decente, digna" y en un sitio seguro, agregó Salazar durante la entrega de parte de las 185 moradas que ofreció el Gobierno.

Desde el pasado martes, el Tungurahua, que está en proceso eruptivo desde 1999, experimentó una subida peligrosa de su actividad, por lo que el Gobierno declaró una situación de emergencia en las zonas de riesgo.

Correa recorrió la zona de Palitahua, en el pie mismo del volcán, que fue arrasada por la erupción de agosto de 2006, y en donde fue necesario reubicar a varias familias a un costado de Penipe.

No obstante, Aida Ortiz, una campesina recia de Palitahua, todavía tenía sus pertenencias empacadas en la casa del pueblo, porque, según ella, la morada que le correspondía la habían entregado a otra familia damnificada, por un error administrativo.

"No me entregaron la casita, porque ha habido un error, pero no importa, yo tengo mi casa aquí (en Palitahua) y aquí me he de quedar", dijo la mujer, aunque el Presidente le aseguró que en los próximos días se solucionarán los problemas y se entregarán las casas a todos los damnificados.

"Ojalá sea así", replicó la mujer, mientras su hija agradecía al gobernante porque ya le habían confirmado que arreglarían el error de inmediato.

Una de las vecinas de Aida, Luz Samaniego, sí recibió la casa en el "Reasentamiento Humanitario de Penipe", donde ya durmió anoche, junto a su hija, Blanca Hernández, y su padre, Julio Samaniego.

Son casas "de tres dormitorios, una sala, cocina, baño y un patiecito", comentó Luz, al asegurar que se estaba encariñando con la nueva vivienda que, según dijo, le permitirá "dormir tranquila", porque en Palitahua, el ruido de la montaña no les dejaba hacerlo bien.

"Esto es de lujo, de lujo", repetía Julio Samaniego, un viejo labriego que "nunca" ha recibido nada "tan facilito" en su vida.

"Ahora vamos a estar bien, porque ya sabemos que esto es nuestro. Todos los días iremos a Palitahua a ver nuestros terrenos, nuestros animales, que es lo que nos da para vivir y luego regresaremos a esta casa para descansar", añadió Blanca.