El Tungurahua mantiene su pulso eruptivo con preocupantes periodos de calma

Penipe (Ecuador).-  El volcán Tungurahua mantuvo hoy, por tercer día seguido, una alta actividad eruptiva, aunque también ofreció periodos de relativa tranquilidad, que es lo que más inquieta a los expertos, pues pueden ser el preludio de una explosión mayor.

El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, que vigila el comportamiento de la montaña, de 5.029 metros de altitud y situada en el centro de los andes ecuatorianos, ha advertido de que continuará por algún tiempo más el proceso de alta actividad, que aún no ha provocado víctimas .

Esa fase se ha caracterizado por frecuentes emisiones de gases y ceniza y explosiones constantes del tipo "estrombolianas" (por el Stromboli italiano), así como por la expulsión de rocas candentes que luego ruedan por los flancos de la montaña.

Los habitantes de Penipe, uno de los poblados vecinos del Tungurahua, esperan la llegada mañana del presidente del país, Rafael Correa, bajo la amenaza de que el volcán eche una bocana de ceniza sobre el sector.

Penipe es un cantón agropecuario que ha sentido de cerca la furia del Tungurahua, cuyos pobladores están acostumbrados a las explosiones y emisiones de ceniza que ocurren desde hace nueve años.

Correa anunció que llegará a esa localidad para conocer y tratar de solucionar los múltiples problemas que afrontan, por culpa del volcán, los habitantes de esta región de la provincia andina de Chimborazo, que tienen una gran incertidumbre sobre su futuro.

Cerca de Penipe, dentro del mismo municipio, se encuentran las localidades de Palictahua, El Manzano, Puela y El Altar, que están entre las más afectadas por las erupciones del Tungurahua del 14 de julio y el 15 de agosto de 2006, consideradas las más importantes desde 1999, cuando empezó el proceso.

De esas localidades provienen las 240 familias, compuestas por unas mil personas, que han sido evacuadas desde que el Tungurahua inició, la noche del martes pasado, un nuevo pulso eruptivo, con frecuentes explosiones, emisiones de ceniza y de rocas candentes.

Muchas de esas familias han llegado a albergues en Penipe, donde su alcalde, Juan Salazar, se ha puesto al frente de la asistencia a los damnificados.

En esa ciudad, Correa espera inaugurar dos albergues adecuados para recibir a 160 personas.

Además, el presidente inaugurará y entregará un complejo de viviendas, que forma parte de las 180 que el Gobierno prevé construir en la zona para entregar a los damnificados del volcán.

Igualmente visitará el proyecto de fincas productivas, que en 300 hectáreas permitirá a los afectados continuar con las tradicionales actividades agrícolas ahora que el volcán ha reclamado los terrenos que tienen en sus cercanías.

Esas fincas, según explicó a Efe una fuente del Municipio de Penipe, se encuentran en las zonas de Santa Vela, Releche y El Guazo, situados a mucha distancia del volcán en "zonas de alta seguridad", donde incluso no ha llegado la ceniza.

Una misión de la ONU visita por estos días la región con la intención de estudiar cómo reubicar a los desplazados por el Tungurahua mediante un programa integral que, además de alojamiento y tierras, también comprendería formación para adaptarse al nuevo medio.

Pese a la asistencia del Gobierno y otros organismos, los pobladores de la zona aún tienen reclamos, pues el volcán les ha trastocado la vida.

Osvaldo Estrada, alcalde de Guano, pidió al Gobierno que mejore su atención a la provincia de Chimborazo, donde se encuentra el volcán, aunque también han resultado afectadas regiones de la provincia de Tungurahua, homónima del coloso.

La Alcaldía de Riobamba, capital de Chimborazo, pidió que se declare en emergencia a la ciudad, que frecuentemente sufre con la lluvia de ceniza del volcán.