Cual deidad griega llegaba la rubísima Belén Rueda a la alfombra verde rompiendo la tónica de casi todas sus compañeras de vestir moda patria. Ella ha optado por Carolina Herrera, que ha dado forma a un curioso vestido que bien le hubiera servido para pasar por el altar, salvo por unos extraños detalles de pedrería que decoran la cintura y ambos tirantes. Los dos primeros adornos puede que sobren, pero los de los tirantes dan un poco de vida a un modelo que quizás sería invisible sin estos elementos. De cualquier forma, la pulsera en el antebrazo se la podría haber ahorrado; con las reminiscencias helénicas de los pliegues frontales había más que suficiente. Y para completar un look que no acababa de cuajar Belén eligió un peinado totalmente desfasado, con rulo saliendo desde la nuca incluido. En su defensa diremos que al menos se ha dado una par de sesiones de UVA y luce un color agradable.