La feria está llena de colores, también en la piel. En Madrid no podía ser de otra forma, que para eso nos tiramos el rollo con lo de ciudad cosmopolita. Multitud de inmigrantes disfrutan de unas fiestas que también son suyas. Lo que llama la atención es la cantidad de extranjeros que se calzan el traje de chulapo. Parece un esfuerzo más de integración, un esfuerzo que lleva al de fuera a ser más 'gato' que el propio alcalde.