Los guardias niegan la agresión al detenido y dicen que no entraron al calabozo

Santander.-  Los dos guardias civiles acusados de agredir a un detenido han declarado hoy que ni siquiera entraron en el calabozo donde permaneció este hombre y que vieron como él mismo se golpeó con las paredes del coche de policía y del cuartel porque estaba "muy agresivo" y no "atendía a razones".

Los guardias, que han comparecido en el primer día del juicio que se celebra en la Audiencia de Cantabria, han negado que agredieran a esta persona, que fue detenida después de protagonizar un altercado en un bar de Camargo.

Uno de los agentes ha explicado que solamente intervino en la detención del hombre y ni siquiera lo llevó al cuartel de la Guardia Civil, ya que ese traslado lo realizaron policías locales que habían solicitado ayuda para arrestar a esta persona.

Este guardia ha dicho que cuando llegó al bar vio "un gran tumulto" de gente y al detenido, que había dado un puñetazo a un policía y que se resistió cuando fueron a arrestarlo.

"Él no quería ser detenido, se resistió y tuve que arrestarlo por la fuerza", ha explicado al tribunal el agente, que ha precisado que tuvo que "inmovilizar" a este hombre para ponerle los grilletes.

Ha añadido que el detenido, que "olía a alcohol", estaba "enfurecido" y "rabioso" y no quería escuchar a nadie ni acompañar a los agentes.

Este guardia ha indicado que el hombre fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil en un coche de la Policía Local y que él vio como, dentro del vehículo, esta persona se daba golpes. Una vez en esas dependencias no volvió a verlo ni entró "para nada" en el calabozo, según ha declarado.

El otro guardia civil fue el encargado de instruir las diligencias por estos hechos y ha explicado que él no se encontraba en el cuartel y que lo llamaron para comunicarle que traían a esta persona.

Ha relatado que oyó ruidos en la calle y vio como los policías locales introducían en el cuartel al hombre por la fuerza "y casi en volandas", porque no quería salir del coche.

Ha afirmado que el detenido estaba "muy cabreado" con la Policía Local y "alterado", por lo que gritaba y él trató de tranquilizarlo.

En su opinión, esta persona, que al principio permaneció en una sala del cuartel, "olía a alcohol" y "puede ser" que hubiera tomado "alguna otra cosa".

Este guardia ha añadido que, cuando fueron a meterlo al calabozo, se puso "muy agresivo", quería zafarse y se dio varios golpes con la pared. "Si no lo hubiéramos sujetado posiblemente se hubiera golpeado más", ha apostillado este agente, antes de recalcar que él no entró en el calabozo y no volvió a verlo ya hasta el día siguiente, cuando le tomó declaración.

El forense que examinó al detenido ha señalado que no se acuerda por el tiempo transcurrido, dado que los hechos sucedieron en 2002, pero ha dicho que, de acuerdo con los partes médicos, el hombre padeció policontusiones y erosiones en varias zonas del cuerpo.

Ha puntualizado que, además, él vio al detenido más de dos meses después de que ocurriera este suceso.

El médico ha considerado que el hematoma que, según el informe del Hospital de Valdecilla, tenía esta persona alrededor del ojo difícilmente podía haberse producido como consecuencia de un golpe en la cara contra la pared.