Guía para no desesperar en el chiringuito

Sí, ya lo sabemos, "lo mejor del sol, la sombra" y lo mejor de la playa, el chiringuito. Lo malo es que eso, a estas alturas del verano, cuando todas las señoras marrones ya son casi negras y estás harto de jugar a las palas y de mirar los pectorales del vecino, en el chiringo hay overbooking. ¿Quieres conseguir que el camarero te traiga a tiempo tus chopitos y tu caña? Te damos algún truquillo.

dottavi (flickr.com)

Misión: hacerse con un sitio en la barra.

• Vuelve a los clásicos. Un buen escote o un pantalón cortísimo siempre ayudan a fijar la atención del camarero. Aprovecha que estás morena y que estos burdos trucos sólo funcionan con personajes del género tonto para no tirarte tres horas esperando por tu tinto con gaseosa. Además, como ha debido pensar Michelle Obama, lo que se van a comer los gusanos, que lo disfruten los humanos.
• Madruga. Un buen veraneo exige hacer esfuerzos y lo mismo que las princesas solmanía se levantan temprano para coger un buen sitio donde preparar su bronceado para la noche, el chiringuitero profesional debe asegurar posiciones antes que nadie. Las mesas más cercanas al mar tienen más encanto, sí, pero la camarera nunca llegará hasta allí, así que tienes que elegir: ¿vistas o cerveza? Escoge un asiento intermedio y que pille de paso entre la puerta y un buen grupo de mesas. No demasiado cerca de la barra como para que no te hagan ni caso, ni demasiado lejos como para que no te vean el pelo.
• Lígate al camarero. A ver, no estamos diciendo que te lo ligues para que te saque cervezas gratis. No, tú lo que consumas lo pagas, pero la verdad, si te hace el favor de agilizar un poco la comanda... Sólo una cosa, es probable que no te dé muy buena vida porque los camareros son una de las especies más deseadas del verano. Al menos la tipología: siempre morenos, rollito hippy, cuerpo de infarto de currar por el día y bailar por la noche... El modelo Mauricio Colmenero no triunfa tanto.
• Desgañítate. Grita como si te fuera la vida en ello, es una fórmula infalible para que te hagan caso, aunque sólo sea para no oírte. Tú como si trabajaras allí: ¡Dos de rabas, cuaaaaaaatro cañas, una de sardinas! Puede que te oigan directamente en la cocina y eso acelera mucho las cosas.
• Sé generoso. El primer día del verano estírate un poco y deja una propina importante, te asegurarás que se peleen por atenderte y que te colmen de mimos y comodidades como retirarte las raspas de los boquerones de los que se han sentado antes o darte fuego con uno de esos mecheros que no se apagan con el viento playero. Ya sabes, el lujo tiene un precio.
• Conviértete en el mejor cliente. Ésta es nuestra opción preferida y se trata de no salir del chiringuito para nada. Tú llegas allí, te sientas y empiezas a pedir cervezas, mojitos o lo que te pida el cuerpo. Y eso un día tras otro. Acabarás ayudándoles a recoger las sombrillas y de vez en cuando recogerás alguna mesa, pero serás el cliente mejor atendido de toda la playa. Eso por descontado.

Aunque queda poco para que termine el verano, todavía hay tiempo para disfrutar. Y como nunca es tarde, si la dicha es buena, queremos que compartas tus trucos de chiringuito con nosotros. ¿Qué haces para que te atiendan rápido? ¿Enseñas carne o eres más de dar gritos? Cuéntanos tus secretos.