Mujica y Lacalle se encaminan a la luchar por la presidencia uruguaya

Montevideo.-  A una semana de que los uruguayos decidan en las urnas quiénes serán sus candidatos presidenciales, la pugna parece definida a favor del senador José Mujica y del ex presidente Luis Alberto Lacalle, en el Frente Amplio y el Partido Nacional, respectivamente, las dos principales fuerzas políticas.

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(EFE)

José Mujica, un ex líder del guerrillero Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros) de 74 años, tiene la preferencia de entre el 49 y el 51 por ciento de los votantes. EFE/Archivo

El 28 de junio los uruguayos definirán por primera vez con su voto los aspirantes presidenciales de cada partido en unas elecciones internas simultáneas de las distintas formaciones.

Hasta la pasada elección (2004) los partidos políticos podían presentar varios candidatos presidenciales y el presidente era el más votado dentro del partido ganador.

Mujica, un ex líder del guerrillero Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros) de 74 años que estuvo preso en duras condiciones durante la dictadura (1973-1985), tiene la preferencia de entre el 49 y el 51 por ciento de quienes aseguran que van a votar en las primarias de la coalición de izquierda gobernante Frente Amplio (FA) del domingo de la próxima semana.

El "Pepe", como se le conoce a Mujica, fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca durante la presente administración, la primera de izquierda en la historia del país, y fue elegido precandidato oficial del FA en un Congreso Nacional de finales del pasado año.

Su principal competidor en el oficialismo es el también senador y ex ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori, mucho más moderado y preferido del presidente Tabaré Vázquez (socialista).

Astori, que estuvo ingresado desde el 21 de mayo hasta la pasada semana debido a una infección pulmonar, se perdió buen parte de la campaña y tiene el apoyo de entre el 37 y el 39 por ciento de los "frenteamplistas", según las últimas encuestas.

El tercer precandidato de la izquierda es Marco Carámbula, intendente del departamento de Canelones, el segundo en importancia del país, que reúne entre el 9 y el 10 por ciento de los apoyos, en una elección interna con un máximo de 3 por ciento de indecisos.

En el Partido Nacional o "Blanco" las diferencias son aún mayores.

Luis Alberto Lacalle, de 69 años, que fue presidente entre 1990 y 1995, reúne entre el 60 y el 63 por ciento de las preferencias tras remontar un inicio de campaña que lo tuvo como segundo en las encuestas.

Por detrás se ubica el senador Jorge Larrañaga con entre el 34 y el 35 por ciento de las preferencias de quienes se definen como votantes "blancos".

"Algunas encuestas tienen un error tan enorme, tan antológico que, verdaderamente, en mi caso, me mueven a la risa porque el error que tienen es de unas proporciones inimaginables", afirmó ayer Larrañaga durante un acto público.

Sin embargo, todos los sondeos lo sitúan por debajo de Lacalle de manera clara.

En el Partido Colorado, tradicionalmente gobernante pero muy disminuido en los últimos tiempos, las diferencias son incluso más marcadas y Pedro Bordaberry tiene el 76-79 por ciento de las preferencias frente a las precandidaturas del ex vicepresidente Luis Hierro López y del diputado José Amorin Batlle, que reúnen el 10 por ciento cada uno.

El Partido Independiente, que actualmente tiene un diputado entre los 99 de la cámara baja, es el único que no tendrá puja interna y ya está decidido que Pablo Mieres será su candidato a la presidencia, aunque igualmente debe participar en las elecciones internas porque también se definen las autoridades partidarias.

De cara a las elecciones generales del 25 de octubre, según las encuestas, la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio tiene entre el 49 y el 51 por ciento de la intención de voto, el Partido Nacional entre el 38 y el 39 por ciento y el Partido Colorado el 8 por ciento, mientras que los indecisos están entre el 2 y el 4 por ciento.

Este panorama se ha mantenido más o menos estable en los últimos meses, pero podría variar una vez que se conozcan los candidatos presidenciales y se defina la integración de las fórmulas, en especial teniendo en cuenta que postura asumen los precandidatos derrotados.

Para ganar en primera vuelta, uno de los partidos necesita superar el 50 por ciento de los votos y, en caso de ser necesaria una segunda vuelta, se realizaría el 29 de noviembre.