¿Qué haría Google? Error y credibilidad

Profesor de periodismo, Jeff Jarvis (autor del libro What Would Google Do? [¿Qué haría Google?], sobre el que comencé a hablar hace algunos días), toma las profundas transformaciones en las que están sumidos los medios de comunicación tradicional como ejemplo de referencia para dar una idea de los cambios en curso.

eirikso (Flickr)

¿Y si todas las empresas se comportaran como Google?

Un periódico, como toda empresa más o menos corriente, ha de estar conectado a las redes, "dedicarse a lo que mejor sabe hacer y procurar vínculos a todo lo demás". Un diario local, por ejemplo, no tiene razón alguna para gastarse un duro en sacar su propia crítica de cine puesto que la distribución es nacional "y que todos somos críticos".

Deben transformarse en plataforma a la que acudan los lectores cuando mejor les parezca con la esperanza de encontrar allí las pistas más valiosas antes que un contenido original. Más que la simple funcionalidad específica de la web, "el vínculo cambia la piedra angular de la sociedad del mismo modo que las traviesas de acero y los raíles transformaron la forma en que se relacionaban y administraban pueblos, ciudades y países. Google establece los vínculos".

Una vez examinada detallada y minuciosamente la situación de los medios, Jarvis pasa a explorar con su lupa sectores tan diversos como la educación, la banca, la publicidad o la administración pública, entre otros. Todos deben abrirse. En lugar de verse como entidades centralizadas han de distribuir sus recursos tal como hace Google.

Entre las palabras reveladoras que Jarvis emplea con frecuencia advertiremos las de transparencia, apertura, confianza, generosidad, plataforma, rapidez, red, velocidad y abundancia.

Las empresas tradicionales también deben aplicar la fórmula de la "beta perpetua", inestimable para Google. Las empresas de automoción, por ejemplo, podrían sacar partido de esas inteligencias que no pueden contratar. "Vuestra ventaja competitiva ­­—les asegura él— no está en el secreto bajo el que elaboráis vuestras maquetas, prototipos o modelos, sino en lo sólidos que sean los lazos que mantengáis con vuestra comunidad de consumidores".

Que podrían quedarse encallados en este nuevo proceso está claro. Pero equivocarse no cuenta. Es incluso mejor que la falta de errores. Es necesario "equivocarse pronto y rápido" para poder enmendar los errores a tiempo. "No es el error lo que cuenta sino lo que hacemos para subsanarlo". E, incluso mejor dicho: equivocarse y reconocer el error puede contribuir a reforzar la credibilidad.

Retomaré este post para contaros lo que me frustra de este libro.

[Foto en Flickr de eirikso].