El cambio llega a Galicia con el PP y se asoma al País Vasco

Madrid.-  El conservador Partido Popular (PP) se prepara para volver a gobernar en Galicia donde logró la mayoría absoluta, mientras en el País Vasco, por primera vez en tres décadas, se abre la posibilidad de un Ejecutivo sin nacionalistas tras los comicios del domingo.

El triunfo electoral del PP en Galicia tuvo hoy su primera consecuencia política con la dimisión del líder de los socialistas gallegos y presidente en funciones de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.

El PP obtuvo 39 escaños en un Parlamento de 75 diputados, lo que le da una mayoría absoluta amplia que le permite recuperar el Gobierno en su principal bastión tras perderlo, por un diputado, en 2005.

El Partido Socialista logró 24 escaños, uno menos que en 2005, y su socio de Gobierno en los últimos cuatro años, el Bloque Nacionalista Gallego, 12, también uno menos.

El resultado de los comicios es "claro, nítido y contundente. No tiene paliativos y, por tanto, asumo la responsabilidad plena", dijo Touriño al anunciar su renuncia y atribuirse "personalmente" la derrota.

La victoria del PP gallego, con un nuevo dirigente al frente, Alberto Núñez Feijóo, sucesor del histórico Manuel Fraga, le da un gran respiro político al líder de los conservadores y jefe de la oposición en España, Mariano Rajoy, cuyo liderazgo se vio en entredicho tras su segunda derrota electoral en 2008 frente al socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Los comicios del domingo en el País Vasco dejan un escenario más complejo y abierto, que podría tener resonancias históricas si las fuerzas no nacionalistas se unen para formar Gobierno en esa comunidad autónoma, en la que surgió la organización terrorista ETA.

El PNV, que gobierna desde hace 29 años, fue la fuerza política más votada, con 30 escaños en un Parlamento de 75, insuficientes para formar Gobierno.

Sus socios en la actual legislatura, Eusko Alkartasuna (EA) e Izquierda Unida (IU), retrocedieron, al obtener solo dos diputados EA, mientras que IU solo logró 1 (tenía 3).

Sumados los votos de las fuerzas que podrían apoyar al PNV, acariciarían la mayoría absoluta con 37 escaños, incluidos los cuatro de Aralar (independentistas que excluyen la violencia), mientras que las fuerzas no nacionalistas: Partido Socialista, PP y el nuevo Unión, Progreso y Democracia (UPyD), reúnen los 38 necesarios.

El presidente vasco (lehendakari) y candidato a la reelección, Juan José Ibarretxe, anunció que comenzará las consultas para la formación del Gobierno como la fuerza más votada.

El líder de los socialistas vascos, Patxi López, también adelantó su intención de competir por la Presidencia.

"No renuncio a presentar mi candidatura y a recabar apoyos para ser el próximo lehendakari vasco", dijo López, que se siente "legitimado" para abanderar el cambio en el País vasco.

Ramón Jaúregui, secretario general del Grupo Socialista en el Parlamento español y veterano político vasco, declaró hoy a Radio Nacional de España, que Ibarretxe, como la fuerza más votada, debe intentar ser investido lehendakari.

Pero, partiendo de que no tendrá la mayoría necesaria y que Patxi López lo intentará a su vez, los socialistas contemplan la posibilidad de formar "un gobierno en solitario" con los apoyos puntuales del PP y del escaño de UPyD de Rosa Díez.

"Es indudable que estamos en condiciones de liderar un gobierno de cambio en solitario", dijo por su parte el "número dos" del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Blanco, que agregó, no obstante, que todo dependerá de un eventual acuerdo con los otros partidos.

El líder del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, afirmó que "si hay cambio, apoyaremos al PSOE", mientras que Díez dijo que por su partido "no quedará contribuir" a que se forme un "Gobierno constitucionalista". De momento, ninguno habló expresamente de las condiciones que pondrían.

Los socialistas insisten en que el cambio se articulará en torno a la convivencia, evitando "un Gobierno frentista", en alusión al fuerte rechazo que en algunos sectores nacionalistas puede provocar una alianza entre el PSOE y el PP en el País Vasco.

Antonio Ortuzar, presidente del PNV en la provincia de Vizcaya, calificó de "agresión política" si finalmente los socialistas, populares y UPyD unen sus fuerzas para desalojar a la formación nacionalista del poder "pese a haber sido la más votada".

Esa opción obligaría al Gobierno central español de Rodríguez Zapatero, a buscar otros apoyos en el Parlamento de Madrid a la hora de adoptar algunas decisiones como los presupuestos generales del estado, aprobados con el apoyo del PNV.