Londres sí se toma en serio a Sebastián: viva el 'made in UK'

LONDRES.-  A pesar de las advertencias de los economistas sobre los efectos negativos que tiene las derivas proteccionistas o 'seudoproteccionistas', Miguel Sebastián no es el único ministro europeo que va por ahí animando a la gente a que consuma productos nacionales. El Gobierno del Reino Unido también ha pedido a sus ciudadanos que compren artículos británicos, aunque, en este caso, de forma más sutil y relacionándolo con otros motivos distintos a la crisis. De hecho, Londres ha comenzado a plantear incluso cambiar el sistema de etiquetado, de modo que sólo aquellos productos 100% británicos pueden llevar el distintivo de fabricado en Reino Unido, de forma que no quede duda alguna de lo que se mete en la bolsa de la compra. Pues en las actuales etiquetas sólo debe constar el país o la región donde se haya llevado a cabo la última parte del proceso de producción de un producto.

Luke Macgregor (REUTERS)

Según el Ministro de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Hilary Benn, este sistema de etiquetado lleva a situaciones equívocas como que la gente compre productos pensando que son británicos (porque en la etiqueta así consta) cuando en realidad han sido exportados de Tailandia por ejemplo, y "hace que nuestros esfuerzos para hacer que la gente compre productos de aquí y de proteger la salud alimenticia sean en vano". Benn hizo estas declaraciones mientras participaba en una conferencia con granjeros de Oxford.

El actual sistema de etiquetado es el definido por la legislación europea. Es por esto que Benn está presionando a los organismos de Bruselas para que cambie la normativa. En una entrevista para el diario The Independent, reconocía que "estamos presionando a la Unión Europea para que cambie la legislación de etiquetado". Lo que propone Benn es que en las etiquetas conste el lugar de procedencia de todos los productos. Por ejemplo, en la carne, donde nació el animal, donde se crió, donde se murió. De tal modo que no haya ninguna duda de la nacionalidad de los alimentos.

"No tiene sentido que un pastel de cerdo hecho en Gran Bretaña con cerdo importado de Dinamarca, conste como fabricado aquí", les dijo a los granjeros en Oxford. Y esto es lo que transmitió también a los dirigentes de los principales supermercados y minoristas británicos en una reunión celebrada la semana pasada y en la que el ministro les pidió que cambiaran el etiquetado para que quedara más claro el origen de los productos.

El Gobierno sostiene que el hecho que conste el país de origen de los productos y quede claro su proceso significa que se han seguido con todos los estándares de calidad, cosa que no se puede garantizar cuando los productos son importados. De momento se trata tan sólo de una recomendación, mientras esperan que Bruselas cambie las normas.

El Gobierno ha tomado la iniciativa después de que una comisión parlamentaria que investigaba su compromiso en la promoción de los productos británicos concluyera que el Gobierno no está dando ejemplo a la gente para que compre productos locales. Y recomendaba como medida el cambio del sistema de etiquetado ya que repercute a los consumidores y a los productores británicos.

Dos de los chefs televisivos más populares del país, Gordon Ramsay y Jamie Oliver, han iniciado también una campaña para salvar a las empresas británicas que comercializan carne de cerdo, que están pasando por apuros por la subida del precio del pienso y por la competencia de las empresas del Este de Europa.

Además, Oliver denunció en su programa de máxima audiencia las malas condiciones de crianza con las que se fabrica la mayor parte del bacon que se consume en el país y que se trata de cerdos criados en el extranjero etiquetados como británicos. Oliver tiene una enorme influencia en temas de salud alimenticia. Hace cuatro años ya logró que el entonces primer ministro Tony Blair invirtiera 400 millones de libras en cambiar los hábitos alimenticios de los niños en las escuelas. La decisión de Blair fue consecuencia de la campaña televisiva de Oliver para acabar con la comida basura en las escuelas.

Otro factor determinante para que se pida el cambio de etiquetado fue el descubrimiento el mes pasado de una dioxina cancerígena carnes 'hechas en Reino Unido' y que en realidad era importada de la República de Irlanda.