Bachelet y Fernández buscan más integración en el aniversario de la mediación papal

Punta Arenas (Chile).-  La reunión de las presidentas de Chile, Michelle Bachelet, y de Argentina, Cristina Fernández, para conmemorar la mediación del Papa, que en 1978 evitó una guerra entre ambos países, ha permitido avanzar en la integración económica y en la cooperación espacial.

Bachelet recibió hoy en Punta Arenas, a 2.400 kilómetros al sur de Santiago, a orillas del estrecho de Magallanes, a su homóloga argentina, Cristina Fernández, que realiza su primera visita oficial a Chile con motivo del trigésimo aniversario de la mediación del Vaticano en el conflicto del Canal Beagle.

"Estamos muy contentos de celebrar que este fantasma de la confrontación que existió durante algunos años en nuestros países haya dado paso a un compromiso de cooperación y de integración", señaló la presidenta chilena durante una declaración de prensa.

Fernández, quien vivió gran parte de su vida en Río Gallegos, a unos 200 kilómetros de Punta Arenas, recordó el día en que ambos países estuvieron a punto de entrar en guerra y la población huía de esa localidad por miedo a un bombardeo.

"No me acuerdo si fue el 22 o el 23 de diciembre, pero me recuerdo que ese día yo y muchísimos hombres y mujeres de Río Gallegos lo abandonábamos por la noche porque teníamos noticia de que iba a haber un ataque aéreo entre ambos países", dijo Fernández.

"El aeropuerto hervía de gente desesperada por subirse a los aviones, porque el ataque y la guerra eran absolutamente inminentes", explicó la presidenta, quien recordó que en ese entonces partió con su hijo Máximo mientras su actual marido se quedaba en esa localidad.

La mandataria hizo hincapié en que "lo que algunos suponen que fueron enfrentamientos entre chilenos y argentinos, no fue así", sino que en su opinión "era entre dos gobiernos antidemocráticos, dictatoriales".

En diciembre de 1978 Chile y Argentina, en ese entonces bajo sendas dictaduras militares, estuvieron a pocas horas de un conflicto bélico por la soberanía de unos pequeños islotes en las desoladas aguas del Canal de Beagle, en el extremo austral del continente americano.

La mediación del pontífice fue un éxito y en 1984 se refrendó un Tratado de Paz y amistad que ha llevado las relaciones chileno-argentinas a una inédita excelencia, que incluye en el ámbito de la defensa un batallón conjunto para misiones de paz de Naciones Unidas denominada Cruz del Sur.

Las mandatarias mantuvieron hoy una reunión bilateral, tras la cual se firmaron sendos acuerdos para crear una Comisión Binacional de Comercio, Inversiones y Relaciones Económicas, y para cooperar en proyectos espaciales con vistas a crear en el futuro una agencia espacial regional.

Bachelet anunció además que las cancillerías de ambos países trabajan en un tratado de integración complementario al Tratado de Paz y Amistad de 1984 entre Chile y Argentina, que comparten la segunda frontera más larga del mundo, con más de 5.000 kilómetros a lo largo de la Cordillera de Los Andes.

Tras aterrizar esta tarde en Punta Arenas, ambas mandatarias acudieron a la escuela República Argentina para participar en la ceremonia de entrega del Premio Binacional de las Artes de la Cultura, que se otorgó a un equipo de chilenos y argentinos, autores de un libro de fotografías.

Tras reunirse con Fernández, Bachelet mantuvo un encuentro con el cardenal Idilio Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo, enviado especial del papa Benedicto XVI al acto conmemorativo, quien encabezará este viernes una misa en la catedral de Punta Arenas.

Allí las presidentas descubrirán una placa en homenaje a Juan Pablo II y, posteriormente, se dirigirán a Monte Aymond, en territorio argentino, cerca del paso fronterizo Integración Austral, donde tendrá lugar la ceremonia principal.

En ese punto, que corresponde al extremo sur de la provincia argentina de Santa Cruz, Bachelet y Fernández colocarán la primera piedra de un monumento a la paz, para cuyo diseño se convocará a un concurso de escultores.

Bachelet invitó a este encuentro a los jefes de las Fuerzas Armadas y de Carabineros y a parlamentarios de todas las fuerzas políticas, entre ellas la diputada Marcela Cubillos, de la opositora Unión Demócrata Independiente (UDI), hija de quien era en 1978 el canciller chileno, Hernán Cubillos.

También es acompañada por los ministros de Exteriores, Alejandro Foxley, de Defensa, José Goñi, de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, de Cultura, Paulina Urrutia, y del portavoz de La Moneda, Francisco Vidal.