Lo mejor de Pekín 2008: los corresponsales mantienen su 'libertad'

En el último minuto, cuando la vigencia de la 'tregua olímpica' que China había dado a los periodistas estaba a punto de acabar, el gobierno de este país ha anunciado que las normas que permitían a los corresponsales extranjeros una mayor libertad de movimientos siguen en vigor. Eso sí, los medios nacionales seguirán estando sometidos al control gubernamental.

(EFE)

El 1 de enero de 2007 entraron en vigor una serie de leyes que facilitaban el trabajo de los periodistas en China. Era un gesto que el gobierno chino hacía de mala gana; una condición inexcusable para que el país albergara los Juegos del pasado mes de agosto. Durante años, asociaciones como Reporteros sin Fronteras (RSF) y Amnistía Internacional (AI) habían denunciado que el país no respetaba muchos de los derechos fundamentales como la libertad de expresión, por eso las medidas —aunque de carácter temporal— fueron bien recibidas.

Ahora las autoridades han anunciado que las normas seguirán en vigor. Lo han hecho con nocturnidad (poco antes de la medianoche china) y ante la sorpresa de muchos que temían que la situación de los últimos meses acabaría con el fin de los Juegos. La nueva regulación permite que los corresponsales en China realicen entrevistas sin pedir permiso al Ministerio de Asuntos Exteriores, algo que no era posible hace dos años. Además, también establece la libertad de movimientos por el país.

"El mayor problema para los periodistas extranjeros es que cuando hacemos nuestro trabajo nos debemos plantear si hacer una entrevista a alguien o llevar traductor, porque puedes ponerlos en peligro", asegura un periodista extranjero que trabaja en China. "Aunque sí que ha habido ciertos enfrentamientos con la Policía, poco pueden hacer contra nosotros pero sí van a por nuestros colaboradores".

A pesar del paréntesis olímpico, la libertad de los corresponsales no fue total. El Club de Corresponsales de la Prensa Extranjera ha denunciado que durante este tiempo han tenido constancia de 336 casos de interferencias en el trabajo de medios extranjeros.

Pero, al igual que cuando entraron en vigor las normas provisionales, ahora los cambios tampoco afectan a los medios nacionales, que continuarán estando bajo vigilancia gubernamental. La escueta nota ha sido difundida por la agencia oficial Xinhua y no hace ninguna alusión a los medios del país por lo que la actividad de los periodistas chinos continuará estando estrechamente controlada por el gobierno.

"El acento hay que ponerlo en la libertad de prensa interna, en cómo el gobierno censura o el sistema promueve la autocensura en los medios de comunicación chinos", explica el corresponsal. "De todos modos, a pesar de que se mantengan las normas, se tardarán años en cambiar la cultura de estrangulamiento a la libertad de expresión".