Palin convierte el debate de vicepresidentes en un acto que todos quieren ver

San Luis (EEUU).-  El debate de hoy entre la republicana Sarah Palin y el demócrata Joseph Biden es el cara a cara entre candidatos a vicepresidente más esperado en la historia de EE.UU. y podría ser clave en la campaña, según expertos consultados por Efe.

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(EFE)

Sustitutos de los candidatos a la vicepresidencia por el demócrata Joe Biden, la republicana Sarah Palin y el moderador Gwen Ifill (c) realizan un ensayo este miércoles como parte de los preparativos para el debate vicepresidencial que tendrá lugar en la Universidad de Washington.

En el pasado, las lidias dialécticas entre aspirantes a ocupar la oficina de la vicepresidencia en el edificio Eisenhower, contiguo a la Casa Blanca, han producido momentos memorables, pero incluso victorias o derrotas claras de uno u otro candidato dejaron poca marca en la intención de voto.

Los estadounidenses, enseña la historia, se fijan en el nombre que aparece primero en la fórmula electoral y no en el segundón.

Pero esta tendencia podría romperse con el debate de hoy en la Universidad de Washington en San Luis, que algunos ejecutivos de televisión sospechan que atraerá más audiencia que los encuentros de los propios candidatos a la presidencia, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama.

La razón tiene nombre propio: Sarah Palin.

"La elección de Palin como candidata a la vicepresidencia es la más sorprendente de la historia moderna de Estados Unidos", afirmó Joel Goldstein, profesor de derecho constitucional de la Universidad de San Luis, otra institución educativa de la ciudad.

Hasta hace un mes, la gobernadora de Alaska, de 44 años, era una total desconocida en la escena política nacional y sus opiniones sobre una gran cantidad de temas, desde salud a economía, son una incógnita.

En comparación, Biden, de 65 años, juró su cargo como senador cuando Palin tenía 8 años, y es capaz de debatir casi sin pararse a respirar sobre la política estadounidense en el cuerno de África o cualquier enmienda de la Constitución.

La gobernadora de Alaska llega al debate con mucho por demostrar. Su entrada estelar en la campaña hace algo más de un mes dio paso a una caída a tierra, tras su mediocre actuación en las únicas tres entrevistas de televisión que concedió.

En la última, no supo citar ninguna decisión del Tribunal Supremo, -órgano clave en el sistema político estadounidense- aparte de la que, en 1973, dio pie a la legalización del aborto en EE.UU..

Pese a lagunas como esta, Palin es aún una heroína para la mayoría de los conservadores antiaborto, antimatrimonio homosexual y proarmas, que se identifican perfectamente con ella, pero su apoyo a nivel general bajó, según las encuestas.

Esas circunstancias hacen que el país esté pendiente de su actuación hoy, mientras en la Universidad de Washington, donde se subirá al estrado, la emoción se palpa en el ambiente y domina las conversaciones en sus cafeterías.

"Hubo gente aquí que se sintió decepcionada porque nos asignaron el debate de los candidatos a vicepresidente y no el de los aspirantes a la presidencia. Pero de repente se ha convertido en el acto que todo el mundo quiere ver", dijo Peter Kastor, un profesor de historia.

Para la campaña de McCain éste puede ser un momento crítico, dado que Obama se despega en las encuestas.

Si Palin lo hace bien, podría quitarle alas al demócrata, pero si confirma los malos augurios, pondrá en duda el buen juicio de McCain al escogerla, según Steven Smith, profesor de política de la Universidad de Washington.

"Parecería que McCain toma decisiones de manera caprichosa e impredecible", opinó.

El debate de hoy también es especialmente importante porque a sus 72 años, McCain es el candidato de más edad que opta a la presidencia por primera vez y su historial de salud es problemático.

El senador de Arizona pasó por un cáncer de piel y aún sufre las secuelas de sus 5 años y medio de maltrato como prisionero de guerra en Vietnam.

Por ello, quizá nunca sea más cierto el viejo dicho estadounidense de que "un solo latido de corazón" separa al vicepresidente de la Sala Oval de la Casa Blanca.

Si un McCain presidente resultara incapacitado, Palin se convertiría en la jefe de Estado con menor experiencia política de la historia del país, según los expertos.