Los coptos también hacen el Ramadán

El Cairo.-  Hasta los cristianos hacen el Ramadán en Egipto, aunque a su manera, evitando comer y beber en público, pero sí disfrutando de trabajar poco y divertirse mucho.

Pese a que los coptos no tienen ninguna obligación religiosa para ayunar con los musulmanes en el Ramadán, el hecho de que sean minoría en el país les hacer perder algunas libertades durante este mes.

Lo único que prohíbe el Estado a un cristiano egipcio durante el Ramadán es beber alcohol en los lugares públicos como los hoteles, los bares y los restaurantes, aunque un extranjero sí puede.

Sin embargo, en los lugares del trabajo e incluso en la calle la presión social casi ha obligado al cristiano a abstenerse también de fumar, comer y beber delante de los musulmanes durante las horas del ayuno.

Hasta la propia iglesia apoya el hecho de que el cristiano no coma ni beba durante las horas del trabajo en Ramadán "para divulgar un mensaje de amor y respeto a los otros", tal como dijo a Efe el obispo Armia, uno de los portavoces de la iglesia copta.

Pero como los coptos, que componen la mayor minoría cristiana en Oriente Medio, no ayunan en Ramadán, algunas veces olvidan que deben cambiar sus hábitos en este periodo del año.

"Algunas veces se me olvida que estamos en Ramadán y llevo una botella de agua o masco un chicle, pero cuando todo el mundo me mira, me acuerdo, y entonces me lo quito", dijo a Efe Mamduh Mleika, un ingeniero copto.

Mientras Mleika pueda beber, comer y consumir alcohol en su casa, no le importa privarse de esas costumbres delante de sus compañeros musulmanes, pero sí odia que "muchos de los que ayunen están de mal humor, conducen como locos y se niegan a trabajar".

"Detesto el Ramadán sobre todo en el trabajo. Para mí, es un mes perdido", agregó Mleika, propietario de una oficina de construcciones, que se queja de que durante el ayuno ni se atreve a dar mucho trabajo a los obreros.

Sin embargo, para otros cristianos, sobre todo los funcionarios, tener una jornada de trabajo de menos horas que la habitual, igual que sus compañeros musulmanes, es una de las ventajas del Ramadán.

"Lo paso muy bien en el Ramadán, ya que trabajo cinco en vez de nueve horas y puedo despertarme tarde", dijo a Efe Irene Atia, funcionaria en un banco estatal.

Como numerosos cristianos, Atia aprovecha de la hora del desayuno -que según la tradición musulmana es cuando un hilo blanco no pueda distinguirse de uno negro-, con las calles desiertas, para practicar algún deporte o visitar a sus amigos.

Y la mejor diversión para un cristiano durante el Ramadán es disfrutar de una playa casi vacía, ya que los musulmanes se niegan a bañarse y vestirse con ropa ligera en un mes más dedicado a orar y leer el Corán.

Además, aprovechan de las ofertas que hacen los hoteles con playas para atraer a los clientes en Ramadán, un mes considerado temporada baja para el turismo árabe.

Hasta las comidas típicas del Ramadán como los frutos secos, los dulces orientales y los dátiles las consumen también los cristianos, que representan un diez por ciento de la población egipcia, de 76 millones de habitantes.

Como un gesto de convivencia religiosa, varias iglesias organizan lo que llaman "el desayuno de amor" e invitan a los musulmanes a romper el ayuno dentro de la iglesia con comidas preparadas por coptos.

Desde hace veinte años, el Papa Shenuda III de la iglesia ortodoxa invitaba a los dirigentes de la institución musulmana de Al Azhar y a altos responsables de esa comunidad a un "desayuno de la unidad nacional", en la catedral, en el barrio céntrico cairota de Abasiya.

Sin embargo, este año Shenuda III tuvo que disculparse y anular el acto debido a su enfermedad y su estancia en Estados Unidos desde junio pasado para recibir tratamiento médico.

Algunos observadores consideraron la medida como una respuesta a la tensión sectaria que se vivió tras un reciente asalto de un grupo de musulmanes al monasterio de Abu Fana, en el sur de Egipto, en el que murió un musulmán y siete monjes resultaron heridos.

Sin embargo, el obispo Armia negó que éste puede ser el motivo de la cancelación, y aseguró que las diferencias que ocurren de vez en cuando entre cristianos y musulmanes son como "las disputas entre miembros de la misma familia".

Los ataques de musulmanes extremistas a la minoría cristiana no son frecuentes, pero cada cierto tiempo salen a la luz, generalmente por los intentos de los cristianos de erigir nuevas iglesias.