Una mujer superviviente de Las Palmas voló para acompañar a su hija, que falleció

Monforte de Lemos (Lugo).-  María Loreto González Cabanas tenía billete para un avión que salía unos tres días después del accidentado, pero cambió el día de viaje para acompañar a su hija Clara Díaz González, que falleció, porque no quería viajar sola.

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(EFE)

Restos del avión de Spanair siniestrado en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, en el que han fallecido 153 personas.

La mujer, conocida como "Keka" por sus amigos y familiares accedió a la petición de su hija y cambió el vuelo, por eso iban en distintas filas en el avión, según dijeron hoy a Efe algunos de sus familiares.

Los allegados a la mujer herida, residente en Las Palmas de Gran Canaria, explicaron las circunstancias previas al viaje fatídico mientras confirman que su estado de salud mejora con el paso de las horas, aunque sigue en coma inducido.

Según el parte médico presenta traumatismo craneoencefálico, torácico y fracturas en las extremidades, pero su evolución es positiva.

Los familiares se quejan de que no saben nada de Clara, la hija fallecida, y explican que tan sólo esperan una llamada en la que les aseguren cuáles son sus restos.

Clara Díaz era hija adoptiva de María Loreto González Cabanas, por lo que las pruebas de ADN practicadas al resto de fallecidos no sirven para la identificación del cuerpo de la joven.

La joven tenía ya asignado el asiento número 27, próximo a los motores, y cuando Keka intentó hacerse con una plaza cerca de ella no lo consiguió, tan sólo quedaban asientos en la parte delantera, una ubicación que, según recalcan los expertos, le salvó la vida.