Randy Pausch: Cómo perder la batalla de la vida pero ganar la de la posteridad

MADRID.-  En algunas universidades de Estados Unidos hay una tradición por la que los profesores recitan lo que se llama "la última lección". Esto es, una clase en la que los conferenciantes dejan constancia de sus enseñanzas más importantes, como si fueran las últimas clases de sus vidas. Sin embargo, el caso de Randy Pausch fue literal, porque acudió a impartir esta clase después de que un médico le diagnosticara un cáncer terminal de páncreas, cuya esperanza de vida era de tres a seis meses. En septiembre de 2007, ante un auditorio abarrotado de 400 personas en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, en Estados Unidos, el profesor, recién fallecido, dio una charla repleta de optimismo y muy vitalista, en la que, en vez de hablar sobre su enfermedad, el profesor trató sobre sus sueños de infancia.

Hay quien dice que el ser humano es el único animal que puede llegar a tener constancia de su propia muerte, la única especie capaz de adivinar su propia fecha de caducidad. El caso de Pausch no es el primero que se conoce. El 4 de julio de 1939, Lou Gehrig, un histórico y emblemático jugador de béisbol de los Yankees de Nueva York, pronunció un emotivo discurso ante más de 60.000 almas en el estadio de su equipo, una vez se le había diagnosticado una enfermedad terminal. La mayoría de aficionados, en ese momento, desconocía la fatal enfermedad de Gehrig. En cualquier caso, el discurso pasó a la historia por su emoción y por una mítica frase: "Aún hoy me considero el hombre más afortunado sobre la faz de la Tierra".

Jeffrey Zaslow es un periodista del 'Wall Street Journal' que escribió un libro junto al recientemente fallecido Randy Pausch, titulado 'La última sesión', sobre la experiencia del profesor y su forma de afrontar la enfermedad. Zaslow es uno de los periodistas que siguieron el caso de Pausch con mayor interés desde el mismo día en que se produjo su famosa conferencia. Pues bien, en un artículo publicado el 20 de septiembre de 2007, dos días más tarde de la famosa charla, Zaslow comparó las palabras de Pausch con una profética alocución de Martin Luther King, pronunciada un día antes de su asesinato, en la que el defensor de los derechos sociales dijo: "Como a cualquier persona, me gustaría tener una vida larga. La longevidad es importante". Del mismo modo, Luther King habló en ese discurso sobre cómo él había visto la tierra prometida, "aunque puede que no esté allí con vosotros", añadió.

'Los martes con Morrie' es un libro escrito por Mitch Albom sobre sus conversaciones con Morrie Schwartz, quien fuera su profesor, a quien habían diagnosticado, precisamente, la misma enfermedad de la que murió el jugador de los Yankees Lou Gehrig (esclerosis lateral amiotrófica, que desde la muerte del jugador de béisbol también se conoce como la 'enfermedad de Gehrig'). En ese libro, el autor recoge las enseñanzas sobre la vida del profesor, y aparecen frases que han conseguido dejar huella, como la que sigue: "Una vez que sabes cómo morir, entonces ya sabes cómo vivir". Una vez, 'The New York Times' preguntó al recién fallecido Randy Pausch si conocía el caso del otro profesor sobre cuya muerte se había escrito un libro. "No sabía que existía una sección en las librerías sobre profesores agonizantes", respondió Pausch con su habitual sentido del humor.

Esta forma de afrontar la muerte también ha dado lugar a muchas obras, puesto que en estos casos la vida abraza sus más altas cotas de dramatismo. La directora de cine Isabel Coixet dirigió 'Mi vida sin mí', una película, basada en un relato de Nancy Kincaid, sobre una mujer que, ante el conocimiento de una enfermedad terminal, adopta una actitud vitalista y decide actuar y hacer ciertas cosas antes de su muerte. Algo así ocurrió con Pausch, quien en su célebre conferencia hizo un repaso por sus sueños de la infancia: estar en gravedad cero, escribir un artículo de la enciclopedia 'World Book', ganar un peluche, ser creativo de Disney, jugar en la Liga Nacional de Fútbol Americano y ser el capitán Kirk de 'Star Trek'. Algunos de aquellos sueños no se habían cumplido en el momento de la conferencia, por lo que algunos hicieron lo que estaba en su mano para ayudar a Pausch. De este modo, el profesor aparecerá en la próxima película de 'Star Trek' que se estrenará el año que viene (aunque no en el papel de Kirk) y fue invitado a un entrenamiento de fútbol americano del equipo su ciudad, los Pittsburgh Steelers (aunque no logró debutar en la Liga Nacional). De este modo, Pausch cumplió en vida con los seis sueños que había enunciado.

El discurso de Pausch corrió como la pólvora en youTube y en diversas páginas de internet. El recientemente fallecido profesor fue considerado una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista 'Time' y uno de los tres personajes del año 2007 por la cadena de televisión estadounidense ABC. Pero lo más importante es cómo el aplomo y el buen sentido del humor del profesor se expandieron y sirvieron para iluminar el camino de mucha gente que se encontraba en una situación tan dramática como la de Pausch. Ahí van algunas frases de la conferencia del profesor que, según algunos testimonios que se divulgaron en la red, hicieron más llevadera la enfermedad a muchas personas y llegaron a evitar incluso suicidios:

• "Los muros de los ladrillos están ahí por algo. Ellos nos permiten comprobar hasta qué punto anhelamos ciertas cosas".
• "Si vuestros hijos quieren colorear sus habitaciones, hacedlo como un favor personal hacia mí, dejad que lo hagan" (es una referencia a cómo su madre nunca le detuvo a la hora de dar rienda suelta a su creatividad cuando era un niño).
• "Tened paciencia, y la gente os sorprenderá y os impresionará".
• "Ayudar a los demás a llevar a cabo sus sueños es incluso más divertido que alcanzar los propios".
• "Me estoy divirtiendo. Y voy a seguir divirtiéndome todos los días".
• "Os sorprendería cuántos chicos de 19 años abandonan sus proyectos cuando les cierras ese camino".