¿FIB o Summercase? Alea Jacta Est...

Como si de Julio César a punto de cruzar el río Rubicón, los organizadores del FIB y el Summercase se juegan este fin de semana la victoria de una lucha encarnizada que han protagonizado durante todo un año de contraprogramaciones, competencia "desleal", rumores en internet y demás estratagemas para lograr reducir al contrario a su mínima expresión al contrario en un país que parece haberse vuelto loco por la música en directo. Como siempre, el público será el que tenga la última palabra.

Domenech Castelló (EFE)

Ellas ya se han decidido, ¿y tú?

Por un lado, tenemos al experimentado Festival Internacional de Benicàssim (FIB), el festival con más solera de España, una cita que desde 1995 se ha erigido como toda una referencia de la música independiente en Europa. No en vano, un alto porcentaje de su público proviene de otros países comunitarios que llegan a la costa de Levante atraídos por la combinación de música, juerga, playa y cerveza a buen precio.

Durante la década que ha reinado, nunca ha surgido otro festival que le haga sombra al FIB. Al menos, hasta ahora. Porque por el otro lado, está el Summercase que, con su tercera edición de una propuesta mucho más urbana y celebrada simultáneamente en Madrid y Barcelona, pretende afianzarse como una verdadera competencia. Sinnamon es la potente promotora de conciertos que se encuentra detrás del festival. Su estrategia ha consistido en sembrar la geografía española de pequeños festivales como el Forward, el Daydream, el Creamfields y el Ola. Aunque ninguno de ellos cuenta con las credenciales del veterano FIB ni con su jugoso cártel, entre todos hacen pupa al omnipresente gigante.

Sin embargo, en el FIB no están preocupados. "La inauguración ha sido un récord en la historia del FIB". Ernesto González, responsable de prensa de Benicàssim se muestra confiado frente el envite, aunque reconoce que la competencia del Summercase les ha afectado, particularmente, a la hora de pagar el caché de los artistas, que ha aumentado significativamente. Las cifras que llegan del primer día de festival parecen tranquilizadoras: de los 35.000 abonos que se pusieron a la venta, se han vendido 33.000, de los cuales, el 95% eran de cuatro días. "Eso nos deja, en el cálculo menos optimista, con 30.000 personas el jueves, que es el día que menos gente viene". Pero el Summercase empieza hoy y, con un cártel bastante apetecible, podría dar sorpresas de público.

La última batalla: el Saturday Night Fiber, a mitad de precio

El último capítulo de esta guerra entre festivales llega de la mano del Saturday Night Fiber, la mini versión que el FIB organizó en Madrid para afrontar de forma directa la competencia cuando el Summercase movió sus fechas para hacerlo coincidir en el mismo fin de semana. A dos días del concierto, la noticia de que las entradas pueden encontrarse en Atrapalo a dos por el precio de una (es decir, a 30 euros frente a los 60 que costaban hasta ahora) ha corrido como la pólvora.

Las malas lenguas enseguida han achacado esta decisión a los malos resultados de ventas que ha cosechado el Saturday Night Fiber frente a la edición madrileña Summercase. Lo cierto es que, aunque el FIB trae a Madrid algunas de las joyas de la corona de su oferta, como Morrisey, My Bloody Valentine o Hot Chip, el festival de Sinnamon despliega en la capital un cartel cuantitativa y cualitativamente más potente en términos generales.

Desde la organización del FIB contraatacan a estos rumores asegurando que el Saturday Night Fiber está funcionando "muy bien". No obstente, el aforo del Auditorio Juan Carlos I de Madrid alcanza las casi 13.000 personas y, de momento, sólo se han vendido entre 6.000 y 7.000 entradas. "No vamos a llenar y queremos hacerlo", reconoce González. ¿Es ésta la última batalla antes de la guerra o todavía quedan más sorpresas? ¿Cuál de los dos os parece a vosotros mejor festival?