Tavernier dice que le interesa la gente ordinaria, la que nunca sale en los medios

Santander.-  Al cineasta Bertrand Tavernier le resulta más fácil hacer una película sobre un soldado de infantería que sobre un general y se siente más cerca de un maestro de escuela que del ministro de Educación porque cree que "los héroes más interesantes" están entre la gente ordinaria, entre quienes nunca salen en los medios.

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(EFE)

El director de cine francés Bertrand Tavernier asegura que le interesa la gente ordinaria, la que nunca sale en los medios.

Esos personajes son el motor de la acción en sus películas, que hablan de quienes "están ausentes de los medios de comunicación, de las noticias e incluso de las preocupaciones de los políticos", ha afirmado hoy el director francés ante los alumnos que asisten al curso que está impartiendo esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Bertrand Tavernier está explicando en las aulas del Palacio de la Magdalena su visión sobre el cine y los entresijos de su trabajo, media docena de documentales y casi una veintena de películas de ficción entre las que se incluyen títulos como "Alrededor de la medianoche", "La carnaza", "Hoy empieza todo", "La vida y nada más" o "Capitán Conan".

En esa tarea le ha ayudado hoy el crítico, profesor y ensayista Esteve Rimbau, quien le ha definido como un cineasta con un estilo "originalísimo" e inclasificable ya que, a su juicio, es muy difícil poner etiquetas a una obra tan diversa y en "ebullición constante" como la de Tavernier.

En su mano a mano con Rimbau, al que conoce desde hace más de dos décadas, el realizador francés ha reconocido que muchas de sus películas han abierto grandes debates, aunque su intención al rodarlas no era esa, porque él no pretende hacer cine de tesis.

La influencia de su trabajo ha llegado hasta el punto de que el gobierno de su país se ha visto obligado a cambiar algunas leyes, como ocurrió tras el estreno de "La pequeña Lola", que cuenta las dificultades de quienes emprenden los trámites para adoptar a un niño en el extranjero, en este caso en Camboya.

También levantó polvareda su película sobre el trabajo cotidiano de la policía, "L627" y Tavernier asegura que nunca olvidará que al ex primer ministro Lionel Jospin le pareció que había reflejado una realidad demasiado oscura en "Hoy empieza todo", donde hablaba sobre el sistema educativo. "El pensaba eso y yo creía que él llevaba gafas de color rosa", ha añadido el cineasta antes de recordar que, un año y medio después de aquello, los socialistas perdieron dos tercios de su "electorado natural" en unos comicios.

El autor de "Salvoconducto", de la que ha mostrado un fragmento que ilustra su convencimiento de que la vida está llena de situaciones rocambolescas, ha confesado su admiración por aquellos cineastas que son capaces de romper las fronteras y acabar con los tabúes.

Por eso siempre ha defendido a los directores de la nueva ola que rompieron los clichés del cine francés de los cincuenta, que ya se había convertido en "algo rancio", pero también ha mostrado su admiración por el cine clásico, cuyos esquemas se propuso adoptar en sus inicios pero con una mirada renovadora.

Director, guionista, crítico y representante de prensa en sus comienzos, Tavernier es también- ha destacado Rimbau- una persona políticamente muy activa que siempre está detrás de los grandes acontecimientos sociales y un defensor "encarnizado" de los derechos de los realizadores europeos frente a la maquinaria de Hollywood, aunque desde un amor profundo al cine americano.

A eso se une una gran afición por el jazz, del que, según este crítico, "lo sabe todo" y también por la gastronomía, "una de sus grandes debilidades, en la teoría y también en la práctica".