El último obstáculo para el Congreso del PP: los matrimonios homosexuales

Ahora que parece que se ha abierto la veda en el PP, vuelve a salir a la luz una antigua lucha entre los militantes populares: los matrimonios homosexuales. O los no matrimonios, porque la postura oficial del partido de la calle Génova es reconocer los derechos de las parejas de gays y lesbianas pero que la unión entre personas del mismo sexo no reciba este nombre. A dos días del Congreso de Valencia, las aguas vuelven a revolverse en el PP.

Victor Lerena (EFE)

Esperanza Aguirre, hoy, en el Servicio de Atención Social a Homosexuales y Transexuales de Madrid.

La última en hablar sobre el tema ha sido Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha dicho que ella se opuso en su momento a la presentación de un recurso de inscontitucionalidad contra los matrimonios homosexuales aunque también ha indicado que "se podía perfectamente haber regulado las uniones entre las personas del mismo sexo sin necesidad de haberles llamado matrimonio". O lo que es lo mismo, una de cal y otra de arena.

Pero los diputados populares parecen tener las posturas más claras que la presidenta madrileña. Más favorable a que el Partido Popular dé un paso adelante y por fin reconozca la palabra matrimonio para los homosexuales es Cristina Cifuentes. La vicepresidenta de la Asamblea de Madrid presentó una enmienda a la tan polémica ponencia política del Partido Popular en la que pedía que desde el PP se apoyara "la igualdad de las diferentes formas de familia, alejadas del modelo tradicional". El 'frente' que defiende que se reconozcan los matrimonios gays lo ha visto claro: en un momento en el que todo se replantea dentro del Partido Popular — si son liberales, centristas, socialdemócratas, confesionales o laicos — sería la oportunidad perfecta para desmarcarse del recurso que presentó una parte del Partido. Junto a ella, se sitúan otros personajes del Partido Popular que también defienden esta postura como el concejal madrileño Ángel Garrido, Alfonso Alonso y Celia Villalobos.

En el otro 'bando' están aquellos que, no sólo se oponen a admitir el uso de la palabra matrimonio, sino que solicitan que se apoye "a la familia muy especialmente a la nacida del matrimonio entre un hombre y una mujer, dada su capacidad de generación, transmisión de valores y estabilidad social, que merece ser oportunamente promovida", como plantea José Eugenio Azpiroz, diputado del PP por Guipuzcoa, en su enmienda a la ponencia.

La tercera y última enmienda sobre el tema sigue esta misma idea. El texto que presentó el diputado Eugenio Nasarre solicita se defienda "que el matrimonio, unión entre un hombre y una mujer, establece un régimen de derechos y obligaciones, basado en la igualdad de los cónyuges, que constituye un ámbito idóneo para la responsabilidad compartida entre la madre y el padre para el nacimiento y educación de sus hijos". Con este panorama, Ana Pastor ha intentado poner paz reuniéndose con partidarios y detractores del término para que no llegue la sangre al río ni este tema al Congreso del fin de semana.

El movimiento de estos días ha hecho que más de uno tenga la esperanza de que las cosas cambien durante la reunión de Valencia. Otros, sin embargo, prefieren ser más prudentes. "Rajoy es gallego y ejerce de gallego", indica Carlos Alberto Biendicho, de la Plataforma Popular Gay. "Sería un buen momento para alejarse de las ideas más rancias pero no sé qué es lo que va a pasar". Desde la plataforma que preside recuerda que el líder del PP no tiene poder de decisión sobre el recurso de inconstitucionalidad. "El propio Rajoy no pude decidir que se retire porque no fue él el que lo presentó sino otros miembros como Ignacio Astarloa. Pero lo que sí podría hacerse en el Congreso es desmarcarse y reconocer el derecho que la ley nos otorga a los cuatro millones de homosexuales que vivimos en España". Así pues, parece que el Congreso en el que los populares "crecerán juntos" tendrá que añadir obligatoriamente un nuevo punto al orden del día.