El amor, el sexo y el compromiso son tres importantes fuerzas que en muchos sentidos mueven a la sociedad. Cada una de ellas tiene su trascendencia y su ámbito de influencia. Sin embargo, no todas las personas son capaces de integrarlas en su vida.
Que seamos capaces de dibujar el triángulo sexo, amor y compromiso depende de la elaboración cognitiva que cada persona tiene del amor, del sexo o del compromiso. Y aquí pueden surgir grandes divergencias entre unas personas y otras.
Hay quienes, por ejemplo, buscan el amor sin asociarlo con el sexo. Este tipo de personas son cada vez menos comunes, pero existen y es necesario recordarlo. Muchas veces las razones de no mezclar el amor con el sexo tienen que ver con creencias religiosas y una moral muy conservadora. En cualquier caso, la 'virginidad' o la 'castidad' hasta el matrimonio parecen ser ideas cada vez menos populares en nuestra sociedad.
Asimismo, hay personas que buscan sexo y no suelen mezclarlo con el amor y mucho menos con el compromiso. Ya que lo que estas personas suelen buscar en el sexo es de alguna manera incompatible con el compromiso. Buscan el placer asociado a la novedad sexual y la noción de compromiso suele producirles mucha incomodidad. Su estilo sexual pasa por variar de pareja lo más posible, lo que se llama 'ir de flor en flor'. A estas personas la expectativa de quedarse con una sola pareja sexual les resulta impensable.
Es verdad que el concepto de compromiso es diferente en cada persona y que hay estilos más abiertos y cerrados en cuanto a contratos de fidelidad amorosa. El compromiso es ciertamente uno de los pilares que sostienen a la pareja, como también puede ser el amor y el sexo. Sin embargo, a diferencia de estos dos, que pueden faltar en el contrato conyugal, el compromiso es necesario para el mantenimiento de la pareja. Sin compromiso no puede haber proyecto de pareja.
Aunque podríamos considerar que es una situación poco deseable, sí es posible encontrar parejas estables en las que el amor y el sexo brillan por su ausencia y, de hecho, podrían mantenerse de esa manera indefinidamente. Eso sólo es posible debido al compromiso de permanencia que establecen y al proyecto de vida en común.
Sin embargo, para otras personas el compromiso es impensable, simplemente no cuentan con ello, ni se lo plantean. De ese modo, todas sus historias de pareja suelen ser muy efímeras. Otras tienen miedo e incluso aversión al compromiso. En consulta hemos podido constatar el malestar que sienten. Muchas viven con el deseo de un amor duradero, pero con la angustia que les genera comprometerse y compartir su intimidad.
¿Eres capaz de integrar amor, sexo y compromiso? ¿Tus relaciones incluyen estos tres factores? ¿Cuál te supone más complicaciones? ¿Cuánta importancia sueles dar al compromiso? ¿Has tenido a alguna pareja incapaz de comprometerse?
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Yo tengo muy claro que sin compromiso no hay sexo, no quiero decir que el compromiso sea a casarnos, vivir felices y comer perdices, sino simplemente a tener una relación formal +
El amor y el compromiso no me interesan el absoluto. El sexo es mi único objetivo y quiero aprovechar mientras soy joven y puedo. +
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