Fernando González afronta el aperitivo de Ginepri antes del plato fuerte de Federer

París.-  Fernando González, el último sudamericano en París, afronta mañana como aperitivo al estadounidense Robby Ginepri, el último obstáculo que le resta para medirse en cuartos de final frente al suizo Roger Federer, el número uno del mundo.

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(EFE)

El tenista chileno Fernando González celebra su victoria ante el suizo Stanislas Wawrinka durante su partido de la tercera ronda del Torneo de Roland Garros disputado en París (Francia).

Se da la circunstancia de que el entrenador de Ginepri, Carlos Moyano, es amigo de González y puntual asesor de su tenis, una casualidad a la que el chileno restó importancia. "Hablamos a menudo pero en el partido cada uno hará su trabajo. Y después del partido seguiremos siendo amigos", comentó.

Todo está a favor del santiagués en su segunda presencia en los octavos de final de París. Ginepri es un invitado sorpresa de esta ronda del Grand Slam de tierra batida.

Es el último estadounidense del cuadro masculino, el postrero superviviente de un tenis que en las últimas ediciones se ha acostumbrado a fracasar en esa superficie.

El propio González se confesó sorprendido por la presencia de Ginepri a estas alturas de la competición, pero pidió respeto para el estadounidense que ha desbancado a rivales de la talla del ruso Igor Andreev, favorito 27.

Además, González siempre le ha ganado en las tres ocasiones en las que lo ha afrontado con anterioridad, aunque fue sobre hierba o pista dura, nunca sobre arcilla.

Pero los resultados en esa superficie son peores que los del chileno y Ginepri no sabía hasta este año lo que era superar la primera ronda de Roland Garros, y eso que lo había intentado en cinco ediciones anteriores.

El chileno parte con el dorsal de favorito 24, mientras que Ginepri ocupa el puesto 88 del ránking.

Demasiados elementos a favor de González para no pensar que salta a la pista como favorito de un choque que le abre las puertas de los cuartos de final, su techo en París desde que los jugara en 2003, cuando se estrelló con un Juan Carlos Ferrero en plena forma.

La perspectiva de los cuartos es demasiado hermosa para González y, sobre todo, porque hay muchas opciones de que en ella se encuentre con Federer, a condición de que el capo del tenis actual no se deje sorprender por el francés Julien Benneteau.

González tiene una deuda pendiente con Federer desde que el suizo le apeó de Roland Garros en la tercera ronda de 2005 en un partido que fue más fácil de lo esperado para el helvético.

El chileno sabe que ganar al suizo nunca es fácil. Sólo le ha vencido en una ocasión de las once que lo ha afrontado, pero fue la última vez que jugaron en el Masters de Shangai del año pasado.

Sudamérica mira entera a un González que se ha quedado como el último superviviente de todo un continente. De su raqueta depende en buena medida que se borre la sensación de fracaso que puede quedar si el chileno no supera los octavos de final.