El Gobierno mexicano confía en que su plan alimentario librará al país de crisis

México.-  El Gobierno mexicano expresó hoy su convencimiento de que el plan de emergencia gubernamental, presentado para enfrentar el impacto de la crisis alimentaria mundial, permitirá a México salir "bien librado" de esa situación, si bien las organizaciones campesinas criticaron la iniciativa.

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El secretario de Desarrollo Social de México, Ernesto Cordero, explicó en rueda de prensa que las medidas del Gobierno son "concretas y oportunas" y permitirán evitar que los más pobres "tengan menos dinero para medicinas, ropa, útiles escolares o transporte".

Para ello, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) canalizará a través de sus programas de asistencia un subsidio de 120 pesos (unos 11,3 dólares), denominado Vivir Mejor, para un total de 5,28 millones de familias, alrededor de 25,6 millones de mexicanos.

En total, dijo Cordero, el subsidio supone una inversión de 4.500 millones de pesos (424,5 millones de dólares).

Paralelamente, la Sedesol constituirá una reserva estratégica de medio millón de toneladas de maíz, suficientes para garantizar el abasto del grano durante nueve meses a unas 20 millones de personas de escasos recursos.

Las llamadas "Acciones de apoyo a la economía familiar", anunciadas el domingo por el presidente mexicano, Felipe Calderón, incluyen, asimismo, la eliminación de aranceles para la importación, desde cualquier parte del mundo y al mejor precio, de productos como el maíz blanco y amarillo, arroz, trigo, sorgo y pasta de soya.

Además, comprenden la reducción en 50 por ciento al arancel para la importación de leche en polvo, así como una cuota libre para traer 100.000 toneladas de fríjol del extranjero.

En tanto, la estatal Diconsa, empresa cuya misión es llevar abasto suficiente de productos básicos a las comunidades rurales más pobres, mantendrá estables los precios de la harina de maíz y la leche, y apoyará la comercialización de fertilizantes a pequeños productores.

La Secretaría de Agricultura, en cambio, ofrecerá créditos para adquisición de equipos y maquinaria, apoyos para importar materias primas para los productores avícolas y ganaderos, y arancel cero para importar abono y fertilizantes nitrogenados.

El Gobierno también anunció apoyos para extender y modernizar las redes de irrigación del campo para abarcar este año unas 214.000 hectáreas.

También se mantendrá estable el precio de la gasolina, el gas doméstico y el diesel, para lo que se destinará un subsidio de más de 200.000 millones de pesos (unos 19.000 millones de dólares).

El secretario de Economía, Eduardo Sojo, anunció que la dependencia a su cargo establecerá convenios con las cadenas productivas de algunos productos para mantener los precios estables.

"Estamos convencidos de que nuestro país saldrá bien librado de esta crisis alimentaria mundial", puntualizó.

Por su parte, la Confederación Nacional Campesina (CNC), que representa a cinco millones de productores del campo, criticó duramente el programa y lo calificó de "tardío, insuficiente, ineficaz y contra los productores de alimentos del país".

En un comunicado, la CNC aseguró que la iniciativa "le apuesta a los productores del exterior" y además es "un planteamiento de coyuntura", cuando lo necesario es "cambiar el modelo estructural".

La CNC también criticó que el plan se centre demasiado en la harina de maíz y la leche y no en los demás alimentos de la canasta básica, y demandó recursos adicionales para el campo de "por lo menos 5.000 millones de dólares".

A su vez, la Unión General Obrera, Campesina y Popular tachó al programa de Calderón de "demagógico y una falta de respeto al pueblo mexicano", al considerarlo "una acción electoral".