El paralmentario Txentxo Jiménez pide disculpas a su regreso y se pone a disposición de Aralar y NaBai

Pamplona.-  El parlamentario Txentxo Jiménez ha pedido disculpas a su regreso a Navarra tras un mes de vacaciones y se ha puesto a disposición de Aralar y NaBai para que "resuelvan esta desafortunada situación" de la forma "más conveniente para el bien del proyecto de cambio que para la sociedad navarra defendemos".

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(EFE)

El parlamentario Txentxo Jiménez, durante una entrevista.

Su ausencia hizo que no fuera modificada la ley del vascuence para ampliar la zona mixta ya que era necesario el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara y falto su votó, por eso ahora Jiménez ha pedido disculpas a las localidades afectadas, a los euskaltzales, a los ciudadanos en general y a los votantes de NaBai.

Pide disculpas también "y especialmente" a su partido, Aralar, y a Nafarroa Bai porque "han sufrido y soportado las consecuencias y el deterioro en su imagen por una decisión cuya responsabilidad es únicamente personal mía", precisa en un comunicado.

Y añade que reconoce "la absoluta legitimidad y autoridad" del Parlamento para fijar el orden del día de sus plenos, aunque matiza que cuando inició su viaje el 18 de abril no estaba prevista la tramitación de la reforma de la ley del euskera y cuando se decidió "la totalidad de los grupos" conocían su ausencia, y por ello se pregunta qué sentido tenía "forzar" una votación que tendrá que repetirse.

"Lo ocurrido es sin duda una oportunidad bien aprovechada" por "quienes están en contra" del cambio, afirma Txentxo Jiménez, quien además dice que también se ha buscado "el desgaste" de NaBai y su "desprestigio" personal dada "la desproporción y virulencia" con que se ha tratado su ausencia.

Por ello lamenta en su nota "la facilidad o complejos con los que otros se dejan arrastrar o suman a los coros promovidos por los intereses rancios de esta comunidad, con el único beneficio de quizás resolver diferencias políticas o personales de tercer orden".

Sin "perder la capacidad de autocrítica", Jiménez asegura en todo caso que "nunca" se ha acogido a los "privilegios" de disfrutar de tres meses de vacaciones al año, tal y como prevé el Parlamento, y por eso sostiene que "quien quiera acusarme de falta de trabajo, compromiso o actividad parlamentaria miente".

Indica además que con el sueldo de más de 50.000 euros anuales que tiene asignado en la Cámara "queda para vivir, bien, pero para vivir", una vez descontados los gastos que conlleva su propio trabajo.

Por todo ello, añade que cuando planificó en octubre de 2007 este viaje lo hizo "con el máximo de responsabilidad y naturalidad" porque el grupo de Nabai asumió los asuntos en marcha que él llevaba y porque consideró que la actividad parlamentaria debe permitir la "conciliación" con la vida personal.

Con este criterio, y admitiendo que su ausencia sea motivo de crítica, el parlamentario asegura que lo sucedido le ha causado "sorpresa" al no considerar la reacción "ni comprensible ni proporcionada".

En este sentido comenta que esta "campaña cocida a mis espaldas y quizás conocida de antemano por algunas de las personas que farisaicamente se despidieron de mí en el pleno del 17 de abril no puede explicarse si no es por mi actividad política y parlamentaria. Por mi forma de trabajar, por lo molesta de la misma para quienes están en el Gobierno y quizás por atreverme en temas delicados para ciertos intereses y estamentos de esta comunidad".