La limpieza de los berros ha de ser escrupulosa, debido a que muchos de ellos se recogen de riberas de ríos y regatas. A pesar de que muchos son cultivados, hemos de desconfiar de su origen y limpiarlos bien.
Una vez recogidos en un mazo, eliminamos los que veamos que están magullados. Los aclaramos en abundante agua fría y los escurrimos.
En una segunda pila llena de agua, añadimos unas gotas de vinagre o de lejía y los sumergimos nuevamente, dejándolos unos 5 minutos, para que las impurezas se sumerjan. Los escurrimos y les volvemos a dar un nuevo golpe de agua.
Si tenemos un secador-centrifugador de lechugas, le damos unas vueltas para secarlos al máximo. Delicadamente vamos separando los ramitos y las hojas grandes y los vamos depositando en un bol si los vamos a aliñar inmediatamente.
Si no es así, los conservamos en un recipiente especial para ensaladas, con rejilla en el fondo, o sino en un bol normal, cubiertos con un trapo ligeramente humedecido.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
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