Podemos asar los ajos pelados o enteros, con su piel. Lo vamos a hacer con su piel, para garantizar un asado más homogéneo y que de esta forma los dientes no se quemen tan fácilmente.
Soltamos todos los ajos de la cabeza y con el aceite de oliva, los salteamos unos minutos a fuego medio, espolvoreándolos con sal.
Los volcamos, con su grasa, en una bandeja de horno y los asamos en un horno precalentado a 160°C durante unos 20 minutos. Los dejamos reposar unos instantes, para que chupen bien la grasa y los utilizamos.
Por ejemplo, entremezclados con unas buenas patatas fritas o pelados, para desperdigarlos entre la salsa de un guisado.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
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