La CE quiere que la sanidad pública contra la malaria llegue al 60% de los niños en África en 2010

Las Palmas de Gran Canaria.-  Que el 60 por ciento de los niños africanos menores de cinco años acceda en 2010 a tratamientos y protocolos preventivos contra la malaria dispensados por sistemas públicos de salud es el resto que se ha marcado la CE para que dejen de morir al año un millón de pequeños del continente.

ampliar foto

(EFE)

El secretario general de Casa África, Luis Padilla (i), atiende la intervención del miembro de la Dirección General de Desarrollo de la Comisión Europea Juan Garay durante la inauguración hoy de la jornada Malaria: Avances y Retos Actuales, organizado por Casa Africa, que reunirá en Las Palmas a expertos mundiales en la enfermedad.

Se trata de un objetivo muy ambicioso, si se tiene en cuenta que en la actualidad, en Zambia, que es el país africano más avanzado en este ámbito, la proporción de niños que recibe diagnóstico y tratamiento adecuado contra la malaria "no pasa del 13 por ciento", según explicó Juan Garay, miembro de la Dirección General de Desarrollo de la Comisión Europea (CE).

Garay intervino hoy en la jornada "Malaria. Avances y Retos Actuales", organizada por Casa África y la Fundación Canaria de Investigación y Salud, dependiente del Gobierno regional, donde, pese a la alta mortalidad de esta enfermedad, afirmó que, tal y como se ha demostrado en los dos últimos años, existen "dos armas fortísimas" para controlar esta pandemia que mata cada año a 300 millones de personas en el mundo, "una vergüenza de la Humanidad que no se puede seguir tolerando", dijo.

Así, aseguró que en países como Etiopía se ha demostrado que el uso de mosquiteras impregnadas con insecticidas de larga duración puede disminuir el 20 por ciento de la mortalidad por malaria, si bien es necesario que la población tenga acceso a ellas, y a otros medicamentos antipalúdicos combinados, de manera universal y gratuita, lo que ocurrirá, dijo, cuando "se consideren un bien público y la salud deje de ser objeto del mercado".

En este sentido, Garay dijo que la CE trabaja con la Unión Africana para tratar de "suspender las tasas de copago" en los servicios básicos de salud" de África y que las personas más pobres de ese continente accedan a ellos de forma gratuita porque en la actualidad sólo dos de cada tres niños y mujeres embarazadas con necesidad de tratamiento acceden a los sistemas de salud en el tiempo y con la calidad que precisan.

Otro de los problemas a atajar en África para luchar contra la malaria es el descontrol que existe sobre el mercado privado, donde la mayor parte de la población consigue sus tratamientos contra la enfermedad, a pesar de que se ha constatado que el 60 por ciento no es efectivo y carece de control de calidad.

Por eso, otra de las prioridades de la CE es que, junto a las mosquiteras, los medicamentos efectivos contra la malaria que producen empresas, sobre todo en Asia y Europa, pero también en Marruecos, los distribuyan médicos, enfermeros y técnicos cualificados, un objetivo para el que la comunidad internacional ha destinado en los últimos años 2.000 millones de euros.

Sin embargo, para Juan Garay "la realidad es que lo que necesitamos no son programas sólo de malaria, sino sistemas de salud que traten tanto malaria como otros problemas", ya que ni el paludismo, ni el sida o la tuberculosis "se pueden tratar en aislamiento del derecho al acceso a los servicios básicos de salud".

De esta forma, el gran reto de la CE es "crear sistemas más fuertes de salud" porque "hay un déficit de unos 10.000 millones de euros al año en los países más críticos, donde no se progresa en malaria ni en los otros objetivos del milenio en materia de salud".

Garay consideró que "el mundo tiene suficiente capacidad para financiar ese déficit y fortalecer esos sistemas en buena colaboración con los países" afectados.

Sobre esa necesaria cooperación internacional, el secretario general de Casa África, Luis Padilla, destacó que la ayuda oficial al desarrollo que se destina a África subsahariana en 2008 asciende a 1.000 millones de euros, cuantía que era de 150 millones hace cuatro años.