Piden más indemnización para que los padres de las niñas puedan dejar la casa

Córdoba.-  El fiscal ha aumentado a 300.000 euros la indemnización que pide para los padres de las dos niñas de Posadas (Córdoba) que murieron intoxicadas después de que un vecino usara plaguicida, para que puedan comprar otra casa y no sigan viviendo donde ocurrió la tragedia y cerca del presunto autor.

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(EFE)

José Arias, el padre de las dos niñas que fallecieron en noviembre de 2006 por inhalación de un plaguicida que usó el vecino de la casa colindante en la localidad cordobesa de Posadas, atiende a los periodistas a su llegada al juicio en la Audiencia Provincial de Córdoba, que hoy quedó visto para sentencia.

Los hechos se remontan a noviembre de 2006 cuando, según el fiscal, el acusado, B.G.C., utilizó en su domicilio unas pastillas de Deita Pallets para matar a una plaga de cucarachas, provocando la intoxicación tanto de las niñas como sus padres, que vivían en un casa colindante.

Fruto de esta intoxicación, las niñas fallecieron en el Hospital Universitario Reina Sofía, mientras que el padre tuvo que permanecer cinco días hospitalizado y catorce la madre.

En el informe de conclusiones finales, la representante del Ministerio Público ha precisado que con la indemnización que solicita los padres de las niñas podrán comprarse otra vivienda y hacer "otra vida fuera de la localidad" porque, de lo contrario, no podrán superar el trastorno depresivo que sufren a causa de este hecho.

Para el fiscal, que ha mantenido la pena de cuatro años de prisión para el acusado por dos delitos de homicidio imprudente, durante el juicio, que hoy ha quedado visto para sentencia, se ha acreditado suficientemente que B.C.G. colocó las pastillas de ese producto sin "contar con las más elementales normas de cuidado".

Además, ha insistido en que el acusado podía prever que la intoxicación se podía producir porque llevaba más de 40 años trabajando con el uso de plaguicidas y sabía que el producto era altamente tóxico para el ser humano, pese a lo que "olvidó que existía gente alrededor".

La fiscal sigue manteniendo que el gas tóxico se filtró por el fregadero de la cocina "con total rapidez" hacia la vivienda colindante, con la que compartía una arqueta común, por lo que hay un relación de causa-efecto entre el uso del producto y la muerte de las niñas.

Por su parte, la acusación particular afirma que lo que hizo el acusado "fue una barbaridad" y ha destacado que, según los peritos, "no existe otra posibilidad" que la intoxicación por ese plaguicida para explicar la causa de la muerte de las niñas.

Ha recalcado que el acusado venía utilizando y almacenando este producto sin autorización y que pese a conocer en torno a las 16.00 horas que la familia vecina estaba intoxicada, no acudió al hospital con la ficha técnica del producto hasta las 21.00 horas, lo que permitió cambiar el tratamiento a los padres mientras que las niñas ya habían fallecido.

La acusación particular ha solicitado una indemnización de 180.000 euros con el mismo fin de que a los padres de las niñas puedan "rehacer su vida".

Para la defensa, no ha quedado "suficientemente acreditada" la relación entre la muerte de las niñas y el uso del plaguicida porque en su opinión los peritos dijeron que la muerte "era compatible" con la intoxicación, que "es igual a una sospecha", lo que "no es suficiente para condenar a una persona.

La defensa ha destacado que nadie detectó el olor del producto, que no había restos en los cadáveres y que el acusado empleó el producto en su "propia casa y con su familia dentro", por lo que tomó precauciones básicas como precintar la chimenea y la puerta así como cerrar la ventana y la persiana.