Varias regiones europeas miran a Kosovo con envidia

MADRID.-  Y no es de extrañar. Aunque el primer ministro de Kosovo y nuevo jefe de Gobierno, Hashim Thaci, avisara hace pocos días que el de su país es un "caso único" y que "no debería sentar precedente" ni desencadenar "un efecto dominó", era muy probable que aquellas regiones europeas que ansían una mayor independencia hayan sentido estos días cierta envidia sana.

Armando Babani (EFE)

Este es el mensaje que a muchas regiones les gustaría mostrar en sus calles

Y muchas ya se han expresado a favor de que siente precedente. Regiones autoproclamadas independientes pero sin reconocimiento internacional, autonomías que buscan un proceso democrático que lleve a la autodeterminación e incluso algún pequeño enclaves de menos de un millón de personas que desean un Estado propio.

Todos pueden aportar numerosas razones para constituirse como países soberanos, sin embargo, las reglas del tablero internacional dejan bien claro que hasta que no obtiene el reconocimiento de los demás, un país por sí solo no existe.

País Vasco

La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, ha expresado que la independencia de Kosovo supone "una lección sobre el modo de resolver de manera pacífica y democrática conflictos de identidad y pertenencia". Sin pedir expresamente una solución similar para Euskadi, pero insistiendo en el discurso del lehendakari, Juan José Ibarretxe, de que el pueblo es quien tiene la última palabra, Azkárate ha asegurado que "el respeto a la voluntad ciudadana es la llave para la resolución de todos los conflictos".

Los partidos vascos también ven en esta proclamación una demostración de que "los pueblos tienen derecho a decidir su futuro político", como ha dicho Emilio Olabarría (PNV). O incluso que este hecho "abrirá las puertas al derecho a decidir de los pueblos", como opina Nekane Alzelai (Eusko Alkartasuna).

Abjasia y Osetia del Sur (Georgia/Rusia):

Quienes más se han animado con la emancipación de Kosovo han sido los gobiernos de Abjasia y Osetia del Sur, regiones separatistas georgianas que han solicitado a Rusia, la CEI y la ONU que reconozcan su independencia. Ambas repúblicas se autoproclamaron independientes en 1991 (Osetia del Sur) y 1992 (Abjasia). El presidente de Abjasia, Serguéi Bagapsh, cree que "la situación de Kosovo es un precedente" y que decir que es un caso único constituye un "doble rasero".

El presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoiti, asegura que ambas regiones tienen "más argumentos políticos y jurídicos que Kosovo para que se les reconozca su independencia". De esta manera, tanto una como la otra confían en que Rusia cambie de parecer y les dé su reconocimiento.

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, acusa a Rusia de llevar a cabo una "anexión soterrada" al conceder masivamente la nacionalidad rusa a los habitantes de Osetia del Sur y Abjasia, que en caso de independencia se convertirían en protectorados rusos. Sin embargo, Vladimir Putin, presidente ruso, se niega a reconocer a estas repúblicas para que no se conviertan en una "carga financiera".

Alto Karabaj (Azerbayán/Armenia)

Otro país autoproclamado independiente y también en 1991. Alto Karabaj ha reafirmado sus ansias de reconocimiento internacional. "Compartimos con Kosovo el deseo de ser sujetos de pleno derecho internacional como país independiente", afirma Gueorgui Petrosián, ministro de Exteriores de Alto Karabaj. Y muestra la lista de méritos: "Karabaj es capaz de administrarse a través de las autoridades elegidas por votación popular, garantizar la seguridad y conducir su política exterior".

La historia de Alto Karabaj es como la de muchos otros países del mundo surgidos de la desintegración de la Unión Soviética. Perteneciente a Azerbaiyán, mantuvo una guerra de secesión de tres años con ayuda de Armenia. En 1991 se proclamó independiente y el ejército armeno se estableció entre ambos territorios, creando una "franja de seguridad" -una extensión de terreno que supone un tercio del territorio de Azerbaiyán-.

Desde entonces, Armenia y Azerbaiyán mantienen posiciones enfrentadas y no hacen caso de las cuatro resoluciones que la ONU publicó en 1993, exigiendo la retirada de los armenios y proponiendo una fuerza internacional de interposición.

Tierra de los Szekelys (Rumanía):

Los szekelys son un grupo de húngaros que viven al este de Transilvania, en un enclave donde representan el 85% de la población -unas 800.000 personas-. El Consejo Nacional Szekely los representa y su representante, Andrassy Arpad, considera que "el reconocimiento de la independencia de Kosovo debería ser un precedente que acelere la solución de nuestro problema de autonomía".