El despacho piloto de Zapatero

Hola ¿Trabaja alguien aquí? Es la pregunta que asalta al contemplar la foto que hoy publica El País del presidente en ese espacio de trabajo, tan íntimo y público a la vez. Sorprende la inmaculada pulcritud y esa sensación tan impersonal y ajena que transmite.

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Zapatero en su despacho en el reportaje que hoy publica El País.

'Visite nuestro despacho piloto'. Piloto es el adjetivo que se usa para definir un modelo, una situación o espacio creado para comprobar cómo sería en la realidad. Suele acompañar a piso (piso-piloto) y a experiencia (experiencia-piloto). Inquietante cuando se une al despacho del presidente del Gobierno. Un único detalle personal, la foto de su mujer Sonsoles y sus dos hijas, evidencia que un padre se ¿sienta? en el sillón de cuero. Menos mal. A pesar de que en Moncloa reconocen que lo usa poco porque prefiere el que tiene en la zona personal, allí recibe. Sin embargo, no le vendrían mal más vidilla.Hasta la presencia del retrato de familia parece forzada. Como si el asesor de turno hubiera decidido su ubicación y la pose adecuada.

Ya se sabe que el presidente se pasa el día de aquí para allá, tratando de satisfacer los compromisos de su apretada agenda, pero esa ausencia de calidez en el lugar en el que se presupone que estudia propuestas, reflexiona, analiza, debate, no coincide con la imagen del hombre cercano que la publicidad está tratando de vendernos. No se perciben las horas vividas tratando de sacar a este país adelante. Es más, su despacho parece prestado para la ocasión, como si se lo hubiera pedido a un amigo de nivel.

El ordenador a desmano, ni rastro de rotuladores para subrayar sobre su mesa, las escasas carpetillas ordenadas con sopechosa pulcritud. El periódico al que concede la entrevista abierto sobre el escritorio. Demasiado preparado el escenario. ¿Carece el candidato de capacidad de improvisación? Falla el toque personal. Salta a la vista la falta de apego a los objetos a los que el común de los mortales concede valor emocional. El dibujo de líneas balbuceantes que hizo tu niño la primera vez que cogió un lápiz, ese bolígrafo que te regaló con complicidad tu mujer o tu padre para firmar los primeros documentos, la foto de tu primer mitin o hasta el bautismo en el Congreso de los Diputados, hasta los recuerdos políticos mostrarían una humanidad que brilla por su ausencia.

Justo como está ahora mismo, uno espera ver pasar de un momento a otro al clásico guía de Patrimonio seguido por un grupo de excursionistas. 'Y aquí es donde el presidente toma sus decisiones. Observen la foto del Rey Juan Carlos I y los cuadros de Miró -perteneciente al lote con que la familia liquidó los impuestos reales de la herencia del artista, propiedad de Patrimonio- y un grabado de Chillida, de estilo moderno, como corresponde a un estadista de su época'.