El menú económico de Zapatero

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha mantenido este mediodía un almuerzo con empresarios, dirigentes políticos y periodistas organizado por Europa Press y la auditora KPMG en el que ha desgranado su menú económico, ahora que se acercan las elecciones y parece que éste va a ser el tema central de la campaña, si la Iglesia lo permite.

S. VERA (REUTERS)

José Luis Rodriguez Zapatero, en el almuerzo de hoy

Entrantes: Variados y políticamente correctos

Daditos de bacalao con ali oli (sic) y cilantro
Queso manchego en dados con orejones
Croquetitas de jamón
Chapatas de pan tumaca (sic)
Jamón ibérico de bellota

Entre los primeros entrantes conocidos que se han dejado ver por el hall del hotel Intercontinental de Madrid estaba el siempre irónico presidente de Cantabria. Miguel Ángel Revilla recordaba que el próximo día 20 ofrecerá un desayuno económico, "gratis total", organizado por el Wall Street Journal y que acudía al almuerzo de hoy para ver si el presidente y él "se copian" en sus discursos. Tras él, y con el pianista de fondo, llegaron los empresarios Isidoro Álvarez (El Corte Inglés), Ignacio (Sánchez) Galán (Iberdrola), Salvador Gabarró (Gas Natural) y Julio Linares (consejero de Telefónica) -entre otros-. El presidente iba a hablar de economía y trasmitirles confianza. Del mundo sindical, nadie. En la mesa presidencial, escoltando a Zapatero, los ministros Alonso y Espinosa, el presidente del Senado, Javier Rojo, el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, varios 'fontaneros' económicos de Moncloa y el Nuncio Manuel Monteiro, que centró la curiosidad de los medios por ver de qué hablaba con el jefe del Gobierno durante la comida.

Primer plato: Ligero y refrescante

Ensalada de cigalas templadas con fondo marino, pistachos y sésamo negro

El primer plato de su discurso lo ha dedicado Zapatero a sacar pecho en su gestión económica, ahora que pinta en bastos. "España tiene hoy la economía más fuerte de toda su historia". ¿Pruebas? "Hemos crecido a una media de 3,7%, más de un punto por encima de la zona euro"; "la renta disponible de los hogares ha aumentado cerca de un 24%"; "se han creado tres millones de nuevos empleos..." Pero entre marisco y alga, el presidente no ha podido eludir los últimos datos del paro, "que no han sido buenos, y espero que nadie se alegre por ello". Al jefe del Gobierno le sangraba esta herida por algunos titulares: "estamos en el nivel más bajo [de paro] de nuestra historia democrática, tres puntos menos que en 2004".

Segundo plato: Contundente y con sorpresa

Poularda rellena de foie con estofado de patatitas, ajetes tiernos y salsa de uvas

Tras el repaso autocomplaciente, el presidente ha adelantado los ingredientes del segundo plato para el futuro. El más inmediato, una aportación de 4.700 millones al Fondo de la Seguridad Social. Tras las elecciones, "la economía crecerá una media del 3%"; "en dos años seremos ya el país con menos deuda"; "alcanzaremos una tasa de paro cerca del 7%"; "llevaremos las pensiones mínimas hasta los 850 euros"; o "la deducción de 400 euros en el IRPF -buscando un trato equitativo para los autónomos-". En resumen, "que los problemas actuales se superarán, y pronto". Palabra de optimista.

Postres: Dulces y de larga sobremesa

Milhojas de frutos rojos con sorbete de frambuesa
Tejas y bombones
Café

Y después de los platos fuertes, el presidente se relajó y abordó en los postres otros temas de actualidad: algunos económicos, como el futuro de Iberdrola -en presencia del presidente de la compañía-; la necesidad de "instaurar una cultura de debates políticos, como ocurre en las democracias maduras"; el AVE, que no se inaugurará antes del 9-M, "pero que lo voy a usar"; o las relaciones con la Iglesia, que ha abordado con prudencia -"que está aquí el Nuncio"-, pero sin ocultar lo molesto que está con la Conferencia Episcopal, por sus referencias sobre negociaciones con ETA, "algo que no hizo en anteriores comicios electorales". Pero para no amargar la comida, Zapatero esbozó una media sonrisa y concluyó con un "no me callo, pero no me enfado" y, sin salir de la gastronomía, volvió a invitar a un 'caldito' al representante del Vaticano.