'Espe' se cuela entre Mariano y Manolo

MADRID.-  Desde el primer minuto, Esperanza Aguirre ha dejado claro dónde está su sitio: entre Mariano Rajoy y Manuel Pizarro, es decir, en el impreciso e indefinido espacio que hay entre el número uno y el dos.

(M.S.D)

Rajoy y 'Espe', de cañas en el Retiro, como un domingo cualquiera.

La presidenta de la Comunidad y del Partido Popular madrileño ha actuado de algo más que de maestra de ceremonias en la presentación oficial de la controvertida lista al Congreso por Madrid. Aguirre ha dejado claro que su lugar está entre los pesos pesados del PP.

Para esta enésima puesta de largo de los candidatos populares por Madrid, qué mejor lugar que el parque madrileño por excelencia, un Retiro sobrio e invernal, lugar predilecto de turistas, aficionados al footing y jubilados que dan de comer pan a los patos del lago. Todo ello situado en el epicentro del voto conservador español.

La comitiva ha llegado en un autobús azul con una cara de Rajoy del tamaño de los árboles del parque. Entre otros curiosos un hombre de raza negra con un casco y un balón desinflado en las manos no ha dudado en apuntarse al 'sarao'. La cosa pinta bien.

En el Palacio de Velázquez, ya con todos colocaditos y aguantando impertérritos el frío, ha empezado el mitin. La primera en hablar ha sido Aguirre ("la cólera de Dios", cada vez más parecida a su tocayo, el conquistador Lope de Aguirre en su particular búsqueda de El Dorado o la lucha por la sucesión, según se quiera ver).

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Rajoy, Aguirre y Pizarro.

'Espe', que ha presentado la lista de Madrid como "un equipo de la Champions League", no ha defraudado y ha hecho lo que mejor sabe hacer: oposición. A juzgar por sus palabras, con el gobierno de Zapatero, que no ha invertido ni un euro en obra pública nueva en lo que va de legislatura, la Comunidad de Madrid se había convertido en poco menos que las Hurdes del siglo XXI.

De los demás, no ha faltado ni uno. Desde las nuevas adquisiciones, (Cayetana Álvarez de Toledo y la estrella mediática Manuel Pizarro) hasta los clásicos del partido (Soraya Sáez de Santamaría, Eduardo Zaplana o Miguel Arias Cañete), pasando por otras figuras del ayer un tanto olvidadas en los últimos tiempos (el ex ministro Cristóbal Montoro o Ana Mato), la plana mayor del PP se ha apuntado al paseo.

El que ha pasado de ser convidado de piedra a directamente no estar invitado es Alberto Ruiz-Gallardón. "A mí que me registren", ha contestado Gabriel Elorriaga al respecto. "No ha venido porque no está en la listas al Congreso", ha aclarado Zaplana. "Y Esperanza viene porque es la presidenta del PP en Madrid".

La comitiva se ha paseado por los senderos del parque intercambiando sonrisas complacientes y comentarios jocosos y livianos. Los responsables de prensa del partido intentaban meter en vereda, como si de profesores de 2º de la ESO se tratara, a la marabunta de periodistas descontrolada intentando captar la imagen perfecta de este "acto sui géneris", como el propio Rajoy lo ha denominado. Una señora intentaba proteger a su perro del paso del enjambre pepero. "Es que si no, me lo pisan", decía asustada.

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Los candidatos en el Retiro: atracción de paseantes y practicantes de footing.

Después de Aguirre ha llegado el turno de Rajoy. En el breve mitin le ha dado tiempo para dar cera a todo: la negociación con ETA, la nación española, la memoria histórica, los 400 euros y la crisis económica. El negro se ha ido, pero otros entusiasmados paseantes que se han cruzado por casualidad con el acto, han jaleado al presidente del Partido Popular.

Un detalle: cuando Rajoy se ha bajado del 'púlpito' para iniciar su intervención, Esperanza no ha tardado en ocupar su sitio. Qué ojo, ¿habrá sido el inconsciente? Poco le ha durado el dulce a la presidenta, porque a la hora de hacerse la foto de familia, Aguirre ha tenido que volver a la tierra, como una vulgar mortal más.