China recuerda a las víctimas el holocausto de Nankín 70 años después de la masacre

Nankín (China).-  China conmemora hoy a las víctimas del holocausto de Nankín, exactamente 70 años después de que las tropas japoneses invadieran la entonces capital china, donde asesinaron a entre 150.000 y 340.000 personas y violaron a decenas de miles de mujeres.

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(EFE)

Una mujer no identificada coloca un arreglo floral en el Monumento en Recuerdo de las Víctimas durante una ceremonia en conmemoración del 70 aniversario de la masacre de Nankín, en China.

"Estoy muy contenta de ver a tanta gente interesada en nuestra historia", dijo a Efe la anciana Huang Huizhen, superviviente de la masacre, que se salvó gracias al refugio que le brindó la embajada estadounidense durante dos meses.

Más de 50.000 personas visitaron el recién ampliado Memorial de la Masacre de Nankín, abierto hoy al público tras meses de renovación, informaron a Efe fuentes policiales de la ciudad.

Cerca de 10.000 personas acudieron antes a la ceremonia de conmemoración del inicio de la ocupación nipona de Nankín en 1937, donde durante los días y las semanas siguientes, el Ejército japonés asesinó a hasta 340.000 personas, según la cifra oficial china.

Durante la ceremonia, marcada por el propósito común de perdonar pero no olvidar lo ocurrido para que no se vuelva a repetir, se hicieron sonar sirenas antiaéreas para recordar a las víctimas y miles de personas hicieron cola para tañer una enorme campana de la paz.

"Esta mañana no tenemos clase, así que mis amigas y yo hemos querido venir para recordar la historia, no olvidar nunca lo que ocurrió y rendir homenaje a las personas asesinadas hace 70 años", dijo a Efe un estudiante de la ciudad, Zhang Juan, de 21 años, después de tocar la campana.

Los asistentes secundaron con su presencia un llamamiento "a toda la gente amante de la paz en el planeta para que esté unida en la construcción de un nuevo mundo pacífico, armonioso y de reconciliación".

Tras la ceremonia, miles de chinos, tanto de la ciudad como llegados de otras provincias, formaron cola para acceder al nuevo Memorial de la Masacre, inaugurado hoy con una colección ampliada de objetos históricos y la muestra de varios esqueletos humanos, desenterrados este año en el lugar durante la remodelación.

Entre los visitantes, Liu He, originario de la provincia oriental de Anhui, acudió con cuatro libros sobre la ocupación japonesa de China bajo el brazo, incluido "El crisantemo y la espada", escrito en 1946 por la antropóloga estadounidense Ruth Benedict.

Liu aseguró a Efe que había viajado más de mil kilómetros sólo para estar hoy en Nankín y "defender la verdad", por puro "amor a mi país", declaró.

Como él, miles de personas, entre ellos varios supervivientes de la masacre, decenas de ciudadanos japoneses, cientos de monjes budistas y grupos de escolares, hicieron cola durante horas para visitar la nueva exposición permanente, cuyos materiales expuestos son para China una prueba incontestable de los sucesos de 1937.

Tracey Glass, una judía canadiense que vive en Japón desde hace 25 años, acompañó a un grupo de amistad chino-japonesa de Kioto y manifestó que "hay quien dice sobre el Holocausto (judío) que no hubo tantas víctimas como se cree, y ocurre lo mismo en Japón".

"Lo importante es que si una sola persona es víctima de algo así, eso ya representa un mundo en sí mismo", subrayó.

El portavoz de la Asociación de Amistad con China de Hiroshima, Yoshiki Eiji, que lleva décadas asistiendo cada año a Nankín, destacó que "hay gente en Japón que quiere pedir perdón por lo que pasó".

"No hay duda del número total de víctimas, que ha sido confirmado por pruebas indiscutibles en documentos legales (190.000 soldados y civiles en los primeros días, y otras 150.000 víctimas en las semanas siguientes, según los historiadores chinos)", aseguró por su parte el director del Memorial, Zhu Chengshan.

Mientras, en Pekín, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Qin Gang, reiteró el ya habitual principio oficial chino de "tomar la historia como un espejo y mirar hacia el futuro", en un momento en que las relaciones con Japón se han suavizado, dos años después de las manifestaciones antiniponas en varias urbes chinas.