Turquía contra las cuerdas

Una vez más se cumple la Ley de Murphy. Si, desgraciadamente, se te resbala la tostada caerá al suelo del lado de la mermelada de fresa, que terminará desparramada contra el suelo de la cocina. Murphy se está cebando con Turquía en esta Eurocopa. Los otomanos se enfrentan al partido más importante de su vida con nueve bajas, mientras que Joachim Löw, entrenador de Alemania, cuenta con sus 23 efectivos, después de que Frings se haya recuperado de su lesión.

Rustu repetirá en la portería (REUTERS)

Así que Fatih Terim tendrá que sacar la varita mágica y obrar otro de sus milagros si quiere que su equipo salte al terreno de juego el próximo domingo en el estadio Ernst Happel de Viena. Asik, Tuncay, Asik, Turan y Demirel no podrán vestir la camiseta turca ante Alemania por sanción. La UEFA ha desestimado la apelación del conjunto turco sobre la tarjeta roja que recibió Volkan Demirel, portero titular de la selección otomana, por empujar al checo Koller. El meta fue castigado con dos encuentros y, después de no disputar los cuartos, tampoco podrá jugar ante Alemania.

El portero suplente, el ex barcelonista Rustu, se puso los guantes ante Croacia y se convirtió en el héroe de su país al parar una pena máxima y obtener el billete a las semifinales. A estos cuatro jugadores amonestados hay que sumar los lesionados: Gungor, Cetin, Metin, Belozoglu y Nihat, capitán del equipo, que terminó de romperse en los últimos minutos de la prórroga ante Croacia.

Doce jugadores y dos porteros. Este es todo el arsenal del que dispone Terim para enfrentase a una selección que tiene en su palmarés: tres eurocopas y tres mundiales. Ante esta difícil situación se ha planteado la posibilidad de que el tercer portero, Tolga Zengin, tenga que entrar en el campo en algún momento para jugar como central o como delantero centro.

A pesar de que el encuentro se incline en la balanza del lado de los alemanes, Löw no quiere cantar victoria tan pronto y pide prudencia a su país. Prudencia porque Turquía no cae hasta que el árbitro no pita el final del partido. Muchas selecciones han probado ya su medicina. Prudencia por el orgullo nacional que mueve montañas entre los otomanos.Y prudencia porque los turcos se dejan la piel en el campo y no abandonan nunca. Así que ¡ojo! Turquía está herida pero, aún, no derrotada.