Un par de tetas

La Selección recuerda a esa chica de pelo castaño y corto que suele ser la más simpática de la fiesta de graduación. No es muy agraciada físicamente y es un poco plana, pero a todo el mundo le cae bien por su don de gente, sinceridad y saber estar. Todo el mundo se ríe con ella pero nadie la toma en serio.

Suele estar acompañada por una amiga, su hermana o un chico guapo, que habla con ella utilizándola de puente para lograr su objetivo. Es majísima. Como la 'Roja', que a todos les encanta pero ninguno la cree en los momentos importantes. No se la escucha cuando habla, pero pensándolo bien es que ella nunca dijo nada.

Ahora todos los medios vuelven a ilusionarse ante una nueva cita trascendental. Una cita en las que suele acudir monísima, pero suele volver a casa antes de que las campanas den los cuartos que anuncian la media noche. Y normalmente lo hacen solas o acompañadas por el chico guapo que se ligó a su amiga (la más buena de la fiesta), que luego le dará un paseo con su cochazo.

"Esta es la típica historia que alguna vez tiene que cambiar", diría la chica ya en su casa llorando y sin conciliar el sueño. Pues sí. Justo cuando se haga un 'lifting' y se ponga dos buenas tetas para llamar la atención a los chicos. A partir de ahí, aunque parezca irrisorio, la empezarán a tomar más en serio. De una vez por todas, es la hora de que España se quite las gafas, deje de ser simpática, se ponga tetas  y adquiera matices de pendenciera. Y si se tiñe de rubia y se pone lentillas claras igual hasta parece rusa. ¡Qué están muy buenas!