Dos bases y un destino  

La vida de dos de los mejores bases de la historia está llena de coincidencias y una objetivo final esta misma temporada: ganar el anillo de campeón de la NBA.

Foto: NBA.com

Dice una máxima en la vida, y especialmente en el deporte, que siempre es mejor salir bien de un sitio porque nunca se sabe dónde se va a acabar.

En el caso de Jason Kidd y Steve Nash, la vida les ha llevado de vuelta al lugar donde empezaron sus respectivas carreras profesionales, en busca del ansiado título de campeón con el que ambos merecerían culminar sus carreras.

Cuando Steve Nash llegó a la NBA en 1996, Jason Kidd ya era una de las estrellas de la liga.  Estrella en la universidad de California, Kidd dió el salto a la NBA en 1994, tras sólo dos temporadas en el campus de Berkeley.  Elegido número 2 del draft por Dallas Mavericks, en su primera temporada compartió el galardón de novato del año con Grant Hill,

Integrante del equipo de las "3 Jotas" (junto al escolta Jimmy Jackson y al alero Jamal Mashburn), Kidd no pudo llevar a Dallas ni siquiera a jugar los playoffs. Sus enfrentamientos con Jackson, al parecer, causados por la cantante Toni Braxton, acabaron por romper la química de un equipo que parecía destinado a llegar muy lejos. Así, tras apenas dos temporadas en Texas, Kidd era traspasado a Phoenix Suns el día de Navidad de 1996. Los Suns ganaban a un base de primer nivel, pero a cambio, perdían al prometedor escolta Michael Finley.

Para Kidd, los Suns eran el mejor destino posible. Con Danny Ainge como entrenador, y el base All Stars Kevin Johnson en el tramo final de su carrera, Phoenix era un equipo rápido, que jugaba a un ritmo alto, ideal para alguien como Kidd.  Aparte de Johnson, los Suns contaban con un base novato y semidesconocido, el canadiense Steve Nash. Nacido en Canadá, el bagaje deportivo de Nash se limitaba a ser hijo de un ex-jugador del Tottenham inglés, y tener a un hermano en la Premier League. Formado en la pequeña universidad de Santa Clara, en California (como Kidd), Nash siempre demostró ser un fuera de serie y a pesar de tener a dos de los mejores bases de la historia por delante, disfrutó de oportunidades para mostrar su juego desde el principio. Phoenix disputó un gran final de Seattle Sutemporada, pero acabó cayendo ante los finalistas del año anterior, los Seattle Supersonics, en una de las series a 5 partidos más espectaculares de la historia, con dos partidos para el recuerdo del escolta Rex Chapman.

La temporada siguiente fue una decepción para el equipo de Arizona, y en el verano de 1998, y tras sólo dos temporadas con los Suns, Nash firmó por los Dallas Mavericks, que desde la salida de Kidd no habían tenido un base de garantías.

Los Mavericks ya no eran el equipo que Kidd había dejado 18 meses antes. La llegada del millonario Mark Cuban dió un vuelco al equipo texano, que poco a poco se convertiría en uno de los cocos de la liga. Junto con el alemán Dirk Nowitzski y  con Michael Finley , Nash formó el Big Three, un trío que llevó a Dallas a sus mejores resultados desde que en 1988 estuvieran a un sólo partido de disputar su primera final de la NBA. Con el veterano Don Nelson como entrenador, los Mavs encabezaron un cambio en la tendencia del juego en la NBA. Junto a los Kings de Sacramento, los Mavericks demostraron que se podía ganar partidos, jugando de manera alegre y desenfadada. Y Nash era la principal causa de este éxito.

Mientras Nash entraba en la élite de la liga, Kidd sufría en unos Suns que nunca pasaron de segunda ronda en playoffs. Tras menos de 5 temporadas en Arizona, Kidd fue, de nuevo, traspasado, esta vez a un equipo de la conferencia Este, los Nets de Nueva Jersey. Un equipo tradicionalmente maldito, y situado a menos de 15 minutos de Nueva York, los Nets eran el equipo pobre de la Gran Manzana. Dirigidos por Kidd, y con Byron Scott como entrenador , darían uno de los mayores vuelcos de la historia del deporte pasando de ser uno de los peores equipos de la liga a disputar dos finales de la NBA en las dos primeras temporadas del base californiano en el equipo y  con los aleros All Stars Richard Jefferson y Kenyon Martin como estiletes. Aunque no fueron capaces de derrotar ni a Lakers ni a Spurs en las finales de 2002 y 2003,  Jason Kidd fue reconocido unánimemente como el mejor base de la liga, siendo uno de los finalistas al premio de mejor jugador de la liga en ambas temporadas

El verano de 2004 fue clave en la carrera de Steve Nash. Dallas no renovó su contrato y el canadiense decidió volver a Phoenix. Bajo las órdenes de Mike D´Antoni, Nash llevó a los Suns a los mejores resultados desde 1990, jugando dos finales de conferencia. Con un juego explosivo, espectacular, con anotaciones propias de los años 80, Nash fue elegido MVP de la liga dos temporadas consecutivas. Ningún base desde Allen Iverson había ganado el premio, y nadie desde Magic Johnson lo había hecho dos temporadas consecutivas.

Pero está historia de idas y venidas tuvo sun continuación el pasado febrero, cuando Jason Kidd fue traspasado por tercera vez en su carrera, esta vez , de vuelta  a Dallas Mavericks. La llegada de Pau Gasol a Lakers, y el posterior fichaje de Shaquille O´Neal a Phoenix (para ser el guardaespaldas del propio Nash) provocarons que Dallas quisiera recuperar al que una vez fue su jugador estrella. Deprimido por la mala temporada de sus Nets, Kidd  no dudo en aceptar la oferta para volver a su primer equipo en la liga. A pesar de que los resultados no han sido buenos en los escasos 30 partidos jugados, los Mavericks jugarán los playoffs por octava temporada consecutiva y, si todo va bien, se podrán encontrar con los Phoenix Suns en la semifinal de la conferencia Oeste. Una excelente oportunidad para dilucidar quién es el mejor base de la liga.